Un estudio científico ayudó a detectar que algunas células del cerebro humano pueden llegar a aumentar su actividad de manera sorprendente unas horas después de la muerte.
25 de Marzo 2021
Los científicos lograron identificar estos cambios post mortem gracias al análisis de la expresión génica de tejidos cerebrales y notaron que la actividad de ciertos tipos de células cerebrales variaba de acuerdo al tiempo.
«Decidimos realizar un experimento de muerte simulada observando la expresión de todos los genes humanos —en intervalos de tiempo de 0 a 24 horas— de un gran bloque de tejidos cerebrales recolectados recientemente, que se dejaron reposar a temperatura ambiente para replicar una autopsia», explicó el doctor Jeffrey Loeb, director de neurología y rehabilitación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Illinois en Chicago.
Los científicos observaron que las células gliales de estos tejidos, que fueron obtenidos durante cirugías cerebrales de manera voluntaria, se agrandaron después de la muerte aunque no lo consideraron demasiado sorprendente ya que estas son inflamatorias y su misión es limpiar las zonas que sufren lesiones cerebrales por falta de oxígeno o tras un derrame cerebral.
El experimento dividió a los genes analizados en grupos y así se logró descubrir que alrededor del 80% de genes permanecieron relativamente estables durante 24 horas, entre ellos se encontraban los denominados genes de mantenimiento que ayudan a las funciones cerebrales básicas. Otro grupo de genes que están presentes en las neuronas y están relacionados con las actividades del cerebro como la memoria, el pensamiento, y la actividad compulsiva se degradaron rápidamente en las horas posteriores a la muerte.
El tercer grupo está compuesto por los denominados genes zombis que se caracterizaron por aumentar su actividad tras la muerte, al mismo tiempo que otros genes neuronales disminuían. De esta manera, el patrón de cambios post mortem alcanzó su punto máximo alrededor de 12 horas.