Científicos cuantificaron por primera vez el alarmante impacto global de las bebidas azucaradas en la incidencia de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares
Un reciente estudio publicado en la revista Nature revela la magnitud de la carga sanitaria mundial atribuible al consumo de bebidas azucaradas. En el año 2020, hubo 2,2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y 1,2 millones de nuevos pacientes de enfermedades cardiovasculares atribuidos al consumo de bebidas azucaradas.
Las bebidas azucaradas incluyen refrescos carbonatados, jugos de frutas procesados, bebidas deportivas y energéticas, y otras similares endulzadas con azúcares han sido vinculadas con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, pero se carecía de un evaluación detallada y actualizada de su impacto global.
Estudio global
El equipo de investigadores llevó a cabo un análisis exhaustivo en 184 países. Abarcaron el período entre 1990 y 2020. Para su metaanálisis utilizaron la Base de Datos Dietéticos Mundiales, estratificados por edad, sexo, nivel educativo y grado de urbanización. Lograron estimar con precisión la incidencia de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares directamente relacionadas con el consumo bebidas azucaradas.
“Nuestro estudio destaca los países y las subpoblaciones más afectadas por la enfermedad cardiometabólica asociada al consumo de bebidas azucaradas. Lo que ayuda a diseñar políticas e intervenciones eficaces para reducir estas cargas a nivel mundial”, puntualizan los autores del estudio.
El análisis reveló patrones demográficos preocupantes. A nivel global, la carga proporcional atribuible a las bebidas azucaradas fue significativamente mayor entre hombres que entre mujeres. Entre adultos jóvenes en comparación con adultos mayores. En individuos con mayor nivel educativo frente a aquellos con menor nivel, y en zonas urbanas en relación con las áreas rurales.
A nivel regional, América Latina y el Caribe registraron las cargas porcentuales más altas. Le siguió África subsahariana. Entre 1990 y 2020, la última región experimentó los mayores aumentos proporcionales en casos incidentales de diabetes tipo 2y enfermedades cardiovasculares. Muestra una tendencia preocupante en países en desarrollo.

Definición de bebidas azucaradas
El estudio definió las bebidas azucaradas como cualquier bebida con azúcares añadidos y ≥50 kcal por porción de 8 onzas. Esta categoría incluye:
- Refrescos
- Bebidas energéticas
- Bebidas de frutas
- Ponche
- Limonada
- Aguas frescas
- Bebidas comerciales o caseras con azúcares añadidos
Se excluyeron los jugos de frutas y verduras 100%, las bebidas endulzadas artificialmente sin calorías y la leche endulzada. Aunque los tés y cafés endulzados en casa no se excluyeron explícitamente, su consumo se analizó por separado debido a las diferencias en sus efectos sobre la salud.
Riesgo creciente para la salud
Las bebidas azucaradas se encuentran entre los factores clave en el aumento excesivo de peso y en el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas. Según evidencia científica reciente, sus efectos pueden ser directos o estar mediados por el incremento de peso.
Un estudio previo estimó que, en 2010, el consumo de bebidas azucaradas fue responsable de 184.000 muertes en todo el mundo. Análisis más recientes, realizados en 2019, examinaron 87 factores de riesgo que incluían su ingesta.
Pero los estudios se basaron principalmente en estimaciones nacionales per cápita de disponibilidad de azúcar o datos de ventas. En lugar de utilizar información dietética a nivel individual. Limitación que redujo la validez y precisión de las estimaciones. En especial en subgrupos poblacionales específicos.
Debido a su forma líquida, se consumen y digieren rápidamente. Resulta en una menor sensación de saciedad y mayor consumo calórico. Fenómeno que contribuye directamente al aumento de peso. Además, las altas dosis de glucosa de rápida digestión activan la insulina y otras vías reguladoras. Lo que favorece la producción de grasa visceral, resistencia a la insulina en el hígado y el músculo esquelético, y un incremento adicional de peso.
Por otro lado, la fructosa de rápida digestión activa directamente la síntesis de grasa hepática. Generando la acumulación de grasa ectópica y a la disfunción metabólica en el hígado y los músculos. También tienden a desplazar alimentos más saludables en la dieta. Lo que agrava sus efectos negativos debido a la ausencia de nutrientes esenciales. El exceso de adiposidad y la disfunción metabólica activan citocinas inflamatorias, que aumentan el riesgo de hipertensión, dislipidemia y diabetes.
Factores de riesgo que aceleran procesos como la aterosclerosis y la inestabilidad de las placas arteriales. Lo que contribuye a eventos cardiovasculares isquémicos. Tanto los efectos directos, como los mediados por el aumento de peso, son relevantes para evaluar su impacto en la salud.

Variaciones demográficas
El consumo de bebidas azucaradas y el riesgo cardiometabólico asociado varían significativamente según factores demográficos clave. En regiones como África subsahariana, Asia meridional y América Latina y el Caribe, los adultos con mayor nivel educativo tienden a consumirlas más que aquellos con menor educación. Pero en Oriente Medio y el norte de África, se observa el patrón inverso.
En cuanto a la ubicación geográfica, en África subsahariana y Asia meridional, su consumo es mayor en áreas urbanas que en rurales. En contraste, en Oriente Medio y el norte de África, ocurre lo contrario. Diferencias que resaltan la importancia de considerar contextos locales al diseñar políticas públicas.
Pese a los hallazgos, aún no se han realizado evaluaciones globales que desglosen la carga de enfermedades atribuible a las bebidas azucaradas por factores demográficos clave. Como el nivel educativo y la residencia urbana versus rural. Lo que representa una brecha crítica en la investigación. Tales datos podrían reportar intervenciones más efectivas y específicas.
África subsahariana en alto riesgo
Aunque ya sabemos que las bebidas azucaradas son una amenaza para la salud, el nuevo estudio revela una jugosa verdad: su impacto en la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares no es uniforme a nivel global.
La buena noticia es que, a nivel global, el aumento en la incidencia de diabetes tipo 2 atribuible a las SSB se mantuvo relativamente estable. A pesar del alarmante panorama individual que se presenta en diversas regiones del mundo. El estudio que explora las variaciones regionales en 184 países entre 1990 y 2020, destaca las áreas donde el problema está creciendo con más fuerza.
A nivel global, se observó un aumento de la proporción de casos de DT2 atribuibles a las bebidas azucaradas en un 1.3% entre 1990 y 2020. Pero la carga actual se mantiene en un preocupante 9.8% de todos los casos nuevos.
Las perjudiciales bebidas se han vuelto una parte cada vez más típica de la dieta de millones de personas en África subsahariana. Lo que contribuye al aumento de los casos de enfermedades cardiovasculares. La región experimentó un incremento proporcional dramático.
La proporción de diabetes 2 relacionada con ellas pasó del 12,7% al 21,5%. Se incrementó un 8.8% en tan solo 30 años. Mientras que la de enfermedades cardivasculares aumentó del 6,1% al 10,5%. Incrementos que son los más altos a nivel mundial. Posiblemente impulsado por la urbanización y cambios en los patrones dietéticos.
Colombia, Estados Unidos y Argentina lideran
En contraste, América Latina y el Caribe experimentaron una ligera disminución en las cargas proporcionales de diabetes 2 (-3,2 puntos porcentuales) y enfermedades cardiovasculares atribuibles a las bebidas azucaradas. Reducción que podría estar vinculada a políticas implementadas para reducir su consumo. Como impuestos y campañas de concienciación. No obstante, la región sigue teniendo las cargas proporcionales más altas del mundo. Con 24,4% de los casos de diabetes 2 y 11,3% de los casos de enfermedades cardiovasculares atribuibles en 2020.
Otras regiones, como Oriente Medio y África del Norte, así como Europa Central y del Este y Asia Central, registraron aumentos más moderados en las cargas atribuibles a las mencionadas bebidas. Mientras, en los países de altos ingresos y en partes de Asia, las cifras se mantuvieron estables. De lo cual se infiere que las medidas regulatorias y educativas podrían estar surtiendo efecto.
Entre los 30 países más poblados, Colombia, Estados Unidos y Argentina destacaron por los mayores incrementos en la incidencia de diabetes2 atribuible a las bebidas azucaradas. En cuanto a enfermedades cardiovasculares, Nigeria, Rusia, Colombia y Tailandia registraron los aumentos más significativos.
Turquía fue una excepción notable, experimentó la mayor disminución en la incidencia de diabetes 2 y enfermedades cardiovasculares atribuible a las bebidas. Podría ser resultado de políticas efectivas o cambios culturales en los hábitos de consumo.

Hombres, jóvenes y urbanos en mayor riesgo
A nivel global, los hombres mostraron una mayor proporción de casos de diabetes 2 atribuibles a las bebidas azucaradas (10,1%) en comparación con las mujeres (9,5%). Los adultos más jóvenes, particularmente aquellos entre 25 y 29 años, presentaron la mayor proporción de riesgo de diabetes2 (15,6% de los casos incidentes totales). Para la enfermedades cardiovasculares, el grupo de 20 a 24 años registró la proporción más alta (12,0%).
El nivel educativo también jugó un papel relevante. En el ámbito global, los adultos con mayor educación tuvieron una mayor proporción de casos de diabetes 2 (11,1%) en comparación con aquellos con menor educación (9,1%).
La tendencia varió significativamente por región. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, los adultos con educación media y alta, tanto en áreas urbanas como rurales, presentaron las mayores proporciones de enfermedades atribuibles a las bebidas azucaradas.
Las áreas urbanas también mostraron una mayor carga proporcional de enfermedades atribuibles. Con un 11,3% de los casos de diabetes 2 y una proporción significativa de enfermedades cardiovasculares, en comparación con el 7,0% en áreas rurales. La brecha urbano-rural es particularmente pronunciada en regiones como África subsahariana y América Latina.
Obstáculo para la salud pública
El estudio también destaca el papel de los intereses comerciales en la perpetuación del problema. En países como México y Colombia, la industria de las bebidas azucaradas ha opuesto resistencia a los impuestos y regulaciones. En Nigeria, el consumo de refrescos aumentó debido a la expansión agresiva del mercado.
Incluso en el Reino Unido, donde se implementó un impuesto gradual en 2018, el volumen total de compras aumentó, posiblemente debido a estrategias de marketing de la industria.
«Los fabricantes de bebidas azucaradas invierten fuertemente en la cadena de suministro y en el marketing para aumentar las ventas. Lo que dificulta los esfuerzos políticos para reducir el consumo», señala el estudio. «Es crucial abordar estas influencias comerciales y garantizar que las políticas estén diseñadas para priorizar la salud pública sobre los intereses económicos».
El estudio enfatiza la necesidad de políticas integrales y específicas para reducir el consumo de las bebidas azucaradas, incluyendo impuestos, etiquetado frontal de advertencia, regulaciones de marketing y mejoras en el acceso al agua potable segura.
«La insuficiente disponibilidad de agua potable en muchas naciones de ingresos bajos y medios contribuye al aumento del consumo de bebidas azucaradas», advierte el estudio. «Abordar el problema debe ser una prioridad».
Además, destaca la importancia de enfocarse en las poblaciones más afectadas. Como los adultos jóvenes y aquellos con mayor nivel educativo en áreas urbanas. «Solo mediante un enfoque global y equitativo podremos reducir significativamente la carga de enfermedades atribuibles a las bebidas azucaradas».
“Estos hallazgos enfatizan la necesidad de intervenciones específicas, que tengan en cuenta las desigualdades sociales y estén alineadas con los objetivos de salud globales. Aunque en algunos países se están aplicando algunas políticas para frenar la ingesta de bebidas azucaradas, nuestro estudio sugiere que se necesita más trabajo”, concluye el estudio.
FUENTE: Cambio16









