Un estudiante vacunado infecta a 83 compañeros en una fiesta de una escuela secundaria. Él, a su vez, lo había contraído de un familiar que también había sido vacunado, y ese familiar lo había contraído de una persona que también había sido vacunada.
Esperamos que hayan entendido el jeroglífico porque la noticia se las trae. Es decir, esos mismos a los que en España se llama “inmunizados” cuando son vacunados contagian y a su vez son contagiados por otros que también están vacunados. Es decir, nos encontramos con una vacuna que, además de producir infinidad de efectos secundarios, no evita que la gente “inmunizada” contagie, o sea contagiada.
Entonces, la pregunta que se haría cualquier persona razonable y con un cierto criterio sería: ¿para qué vacunarse exactamente, para asegurarse el contagio y el efecto secundario? Porque lo que está más que claro es que quien no se vacune podrá contagiarse o no, pero no se garantizará el contagio, que es lo que parece conseguir el pinchazo.
¿Vamos entendiendo ya que esto de la vacuna, además de ser peligroso es una auténtica tomadura de pelo?
FUENTE: eldiestro.es