China planea lanzar una estación eléctrica a órbita terrestre que transmita la energía con láser a la Tierra, una tecnología que puede cambiar el orden mundial para siempre
Después de años de investigación, China ha anunciado que lanzará la primera estación eléctrica a órbita terrestre en 2030. Una planta solar de 1 megavatio que enviará la energía a la Tierra usando rayos láser y que será una de las claves en su plan nacional para asegurar el suministro eléctrico barato y sin emisiones de carbono. Según los expertos, esta tecnología puede de cambiar el equilibrio de poder mundial para siempre.
La idea no es nueva. Fue popularizada por Isaac Asimov en los años 40 y la NASA la estudi hace décadas para abandonarla por falta de soporte político y dificultades técnicas. Ahora, mientras China tiene ya planes concretos, Estados Unidos está sólo en fase de investigación inicial por mandato del Pentágono y su Space Force.
Un plan serio
Pero al contrario que los americanos, los chinos parecen tener la tecnología, los hitos y las fechas. Primero, enviarán varias plantas solares a la estratosfera entre 2021 y 2025, seguidas de la estación eléctrica en órbita de 1 megavatio en 2030 y otra a gran escala — capaz de producir gigavatios — en 2050.
Según John Mankins — ex-ingeniero de la NASA y el Jet Propulsion Laboratory en Pasadena, California, y experto en la materia — el anuncio chino “no es postureo”. Mankins afirma que “esto es un plan real de organizaciones serias con científicos de renombre en China. Tienen un plan técnico perfectamente válido, y pueden realizarlo para 2030”.
El sistema de estaciones solares utiliza paneles fotovoltaicos para capturar la energía solar. Esa energía se utiliza para alimentar rayos láser que se disparan a una estación en tierra de forma constante. La estación transforma los rayos láser en electricidad, que es distribuida a la red eléctrica.
La ventaja obvia de tener la estación en el espacio es que recibe energía solar al máximo de potencia de forma constante, algo que no sucede con las estaciones terrestres, que tienen que bregar con las fluctuaciones de potencia causadas por cielos nublados y polvo en los paneles solares, aparte de la ausencia total de noche. Además, podrían redirigir los lásers a cualquier parte del planeta. Esto les permitiría alimentar centrales eléctricas en cualquier país del globo excepto los polos.
La única preocupación sobre esta forma de capturar energía son las posibles consecuencias de los rayos láser dirigidos a la Tierra, que podrían afectar a la vida de aves y otras especies. Tampoco hay que descartar el efecto en la temperatura global, que también debe ser estudiado.
La clave del poder mundial
Mankins dice que los chinos empezaron a trabajar en serio en este plan hace una década. “Hace unos cinco años empezaron a venir a las conferencias internacionales. Antes de eso, mantuvieron sus planes ocultos. Ahora están hablando abiertamente de [sus planes]”.
Su objetivo final, según el diario South China Morning Post, es tener una fuente de energía renovable de alta potencia en el espacio como parte de su plan nacional de energía eléctrica barata y verde, que incluye reactores nucleares de sales de torio y proyectos de fusión nuclear. China asegura — igual que para el Pentágono — que reducir a cero las emisiones de carbono mientras aseguran su suministro energético es una prioridad de seguridad nacional.
Pero el proyecto de energía solar podría ir mucho más allá y ser vital para inclinar la balanza de poder global a China de forma radical. Según Mark Hopkins — miembro de la junta directiva de la Sociedad Espacial Americana — “si puedes rebajar el coste de la energía solar en el espacio, puedes asegurarte la mayoría del mercado energético mundial”.
Hopkins afirma que los chinos saben la importancia geopolítica de una revolución así y que por eso se lo están tomando tan en serio convertirse en el poder dominante en energía solar espacial para el año 2050.
FUENTE: EL CONFIDENCIAL