Con la excusa del cambio climático y el hambre en el mundo, la elite globalista hace una fuerte apuesta por instalar este nuevo “mandamiento” que no está exento de riesgos para la salud. Alergias severas, retraso del crecimiento, hipofertilidad, masculinización en mujeres, edema, ictericia y cáncer hepático son algunos de los posibles efectos de los que alertan investigadores.
Es posible que todos hayan visto ya las imágenes de celebridades de Hollywood degustando insectos. La actriz Nicole Kidman fue una de las que más recientemente mostro su “talento secreto” para Vanity Fair, al degustar frente a las cámaras un menú de cuatro pasos que incluyó distintos tipos de bichos. No es la única. La “extravagante” Angelina Jolie y otros como Robert Downey Jr. también aseguran hacerlo a diario. Son ejemplos de cómo la elite globalista intenta transformar en atractivo e instalar como “moda” uno de sus nuevos caprichos: que comamos grillos, cucarachas, moscas, escarabajos y gusanos de la harina, en vez de las fuentes de proteínas a las que estamos acostumbrados. Se trata de otro intento de reducir a la humanidad a un estado primitivo, animal, con la excusa de proteger el medioambiente y combatir el hambre a medida que crece la población mundial.
Este objetivo que impulsan no solo puede juzgarse como negativo por el desprecio que demuestran hacia los seres humanos sino que además supone riesgos para la salud. Así lo advirtió un equipo de investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León (ULe), en España, que concluyó que el consumo de insectos tiene riesgos para la salud humana y que hace falta más investigación antes de normalizar su incorporación a la cadena alimenticia.
El estudio, que salió a la luz después de que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) haya señalado a los insectos como una estrategia de lucha contra el hambre, subraya que “la producción de insectos es más favorable para el medioambiente que las producciones ganaderas tradicionales” pero aclara que “su producción y consumo tienen, también, importantes connotaciones económicas. Así, en aquellos países que disponen de sistemas de producción y canales de comercialización bien establecidos, el precio de mercado de los insectos es muchas veces superior al de otros alimentos, tanto de origen animal como vegetal”.
“Este dato, junto con el hecho de que la producción de insectos es más barata que la de los animales de abasto, apunta a una buena oportunidad de negocio. Sin embargo, no todo son ventajas cuando hablamos de comer insectos, ya que su consumo implica algunos peligros potenciales para la salud”, alerta el trabajo.
La investigación pone de manifiesto sustancias antinutritivas y tóxicas como la quitina, el material principal del que está formado el exoesqueleto de los artrópodos. Otro ejemplo son los taninos, que forman complejos insolubles con las proteínas y reducen su biodisponibilidad. También los fitatos y oxalatos, agentes quelantes que reducen la absorción de elementos minerales como calcio, zinc, manganeso, hierro y magnesio. Además, el estudio detalla que las saponinas interfieren en la digestión de las proteínas, reducen la absorción de vitaminas y minerales y están asociadas con estados de hipoglucemia. La investigación indica que los alcaloides podrían, a partir de determinadas dosis, llegar a ser tóxicos para los consumidores, y que algunos insectos, como las pupas del gusano de seda africano (Anaphe venata), contienen tiaminasa y su ingesta puede causar deficiencia de tiamina (vitamina B1).
De igual modo, señala los riesgos de los insectos criptotóxicos, “cuyo consumo debe evitarse ya que contienen hormonas esteroideas, como la testosterona, lo que ocurre en algunos escarabajos. El consumo continuado de estos insectos puede provocar retraso del crecimiento, hipofertilidad, masculinización en mujeres, edema, ictericia y cáncer hepático”, remarca.
Otras sustancias que pueden encontrarse en los insectos criptotóxicos son los glucósidos cianogénicos (presentes en algunas mariposas), que inhiben determinadas enzimas vitales, mientras que el tolueno, un agente tóxico que afecta al cerebro, hígado y riñón, puede encontrarse en cerambícidos del género Syllitus, y los alcaloides necrotóxicos, en algunos tipos de hormigas.
Otro peligro asociado al consumo de insectos de dimensiones desconocidas está en relación con las alergias ya que muchos artrópodos pueden inducir reacciones alérgicas en individuos susceptibles, principalmente causadas por la presencia de tropomiosina, arginina quinasa, gliceraldehído 3-fosfato eshidrogenasa o hemocianina.
En la misma línea una revisión argentina titulada “Producción de insectos para consumo humano. Descripción de procesos y perfil de riesgo”, elaborada por la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET, dedica un apartado a los contaminantes químicos y biológicos en la producción primaria de insectos. “Dentro de los contaminantes químicos que podrían estar vinculados a la producción de insectos se pueden mencionar: micotoxinas, plaguicidas, metales pesados, dioxinas, alérgenos, bifenilos policlorados, hidrocarburos poliaromáticos, medicamentos veterinarios, toxinas vegetales y contaminantes tales como los microplásticos y éteres de bifenilos polibromados”, puntualiza, y aclara: “El riesgo de transmitir infecciones zoonóticas a los humanos a través de insectos comestibles parece bajo, pero este tema requiere de mayor investigación de manera de poder cuantificar el riesgo asociado al consumo de alimentos y piensos”.
Concluye que “los insectos en general, y los grillos en particular, se perfilan desde hace varios años como un nuevo commodity en la industria alimentaria. A través de la FAO, la ONU lleva varios años promoviendo el interés en estas nuevas fuentes de nutrientes, dando cuenta de sus beneficios en términos de sustentabilidad, impacto ambiental y seguridad alimentaria”.
A pesar de estas advertencias sobre los potenciales riesgos, tanto la ONU como el Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés), insisten en la promoción de estas “fuentes alternativas de alimentación”.
En un interesante artículo, titulado “Alimentos ultraprocesados: la peor opción para el planeta y la salud”, el doctor Joseph Mercola brinda detalles sobre este nuevo sistema alimentario basado en “microganado” de grillos, gusanos de la harina y cucarachas, junto con carne cultivada en placas de Petri, “que se dirige hacia nosotros como un tren de carga sin control”.
“Según el Foro Económico Mundial y sus secuaces aliados del Gran Reseteo, una dieta tradicional de alimentos integrales no sólo es ‘insostenible’ sino ‘ambientalmente destructiva’”, apunta Mercola para luego añadir: “Los alimentos de origen animal en general, y los producidos orgánicamente en particular, afirman Los Grandes Reseteadores, deben ser sustituidos por productos diseñados genéticamente para obtener un alto rendimiento y resistencia a las plagas, y por alternativas proteicas elaboradas a partir de insectos, plantas y biología sintética. En general, la vida en la Tierra no puede sostenerse, dicen, a menos que hagamos la transición a lo que equivale a una dieta ultraprocesada y altamente antinatural”.
Señala que el Foro EAT, cofundado por el Wellcome Trust y el Centro de Resiliencia de Estocolmo en 2014, ha desarrollado lo que llaman “La dieta planetaria de la salud”, destinada a ser aplicada en todo el mundo. Consiste en reducir la ingesta de carne y lácteos hasta en un 90% y sustituirla por alimentos elaborados en laboratorios, junto con cereales y aceites, la mayoría de los cuales están ahora manipulados genéticamente.
En una entrevista con La Prensa, la doctora Katerina Lindley médica de familia e integrante del comité directivo del World Council for Health (Consejo Mundial para la Salud), analizó las motivaciones detrás de esta campaña y brindó propuestas para detenerla.
– ¿Por qué cree que instituciones como el Foro Económico Mundial insisten en la idea de aprovechar las “ventajas” de los insectos en la alimentación humana en los países occidentales que no están acostumbrados a comer insectos?
– Creo que se remonta al calentamiento global. Porque dicen que es necesario limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados para evitar la catástrofe. Y en su sitio web dicen que nuestro consumo de la proteína animal es la fuente de los gases de efecto invernadero y el cambio climático. Así que están tratando de decir que comer carne de vacuno o de pollo u otro tipo de proteína a la que estamos acostumbrados está causando el cambio climático. Una de las cosas que dicen es que los insectos son una fuente de proteína que se pasa por alto y que son mejores para el cambio climático. Dicen que los insectos comestibles pueden aportar la misma cantidad de proteína de calidad, cuando se compara con la proteína animal. Creo que esa es la agenda.
– Esa es la agenda.
– Y el cambio climático. Todo está causando el cambio climático.
– Pero hay expertos que aseguran que no hay calentamiento global sino un cambio climático que se produce por la propia naturaleza y no por la actividad humana. ¿Cuál es su visión al respecto?
– No soy una experta en cambio climático y calentamiento global, pero estoy de acuerdo con ellos, por lo que estoy viendo y por lo que estoy leyendo. Estoy de acuerdo con que no hay un calentamiento global a la escala en la que están tratando de asustarnos. Claro que hay algunos cambios en la temperatura del clima, pero son mínimos. Antes decían que los mantos de hielo polar se derretirían… No creo que haya ningún indicio de que los diferentes cambios de los cuales nos hablan estén ocurriendo. Parece que no importa lo que esté pasando, ya sea comer insectos o que hablen del gas, de la gasolina y de pasar a los coches eléctricos… todo tiene que ver con el cambio climático. Pero lo que me hace reír, por ejemplo, es el tema de los coches eléctricos. En California en un determinado año no van a producir más coches a nafta. Sólo van a tener coches eléctricos. Pero hace un año California tuvo que, durante el verano, conservar su energía porque no tenían suficiente electricidad para todo el estado. Es risible porque no tienen electricidad para los coches eléctricos. Parece muy tonto y es como lo de comer insectos en lugar de comer un bife o una hamburguesa porque dijeron que los pedos de las vacas aumentan el gas metano. A veces realmente siento que nos quieren tomar por tontos.
– Desgraciadamente hay demasiada gente que cree en este tipo de cosas. ¿Quién se beneficiará de este tipo de cambios en nuestro estilo de vida, como comer bichos o cambiar el tipo de energía que utilizamos?
– Es difícil responder esta pregunta. No estoy segura de quién se beneficiará exactamente. Pero una cosa que es evidente es que los gobiernos globales de todo el mundo están presionando para esto. Y la cuestión es que los combustibles fósiles, la gasolina, según algunos científicos muy buenos, no han causado el calentamiento global ni nada por el estilo. Creo que en última instancia se reduce al control. Al controlar la forma en que vivimos la vida, pueden tener más control sobre nosotros. Y ves a estas celebridades, como Jennifer Garner y Nicole Kidman, que aparecen en anuncios comiendo insectos y diciendo que son tan deliciosos. Es tan ridículo.
Por cierto, cuando fui a dar clases a la Escuela de Medicina en Pekín fui a ver el mercado chino. Y tenían estos insectos fritos, escorpiones, saltamontes, lo que sea… es la cosa más asquerosa que jamás hayas olido y visto. Realmente siento que me haré vegetariana y comeré pasto antes de comer eso porque es una locura.
– Lo peor es que el consumo humano de insectos no está exento de riesgos para la salud.
– El problema es que hay ciertas enzimas que no podemos procesar. Además, produce una alta incidencia de alergias. Y las personas que tienen, por ejemplo, alergias a los crustáceos, a los mariscos, también la tendrán a los insectos. Porque tienen exoesqueleto. Así que hay muchas cosas por las que la gente debe preocuparse. Esto no es algo liviano o seguro. Hay diferentes enzimas y diferentes cosas que nuestro cuerpo no puede procesar. Y la idea de que se coman grillos para evitar que las vacas se tiren pedos es simplemente una locura.
– Pero van en serio. Realmente están tratando de instalar este tipo de nutrición. En Suiza ya comercializan hamburguesas de insectos.
-También lo he visto en Alemania. Hay paquetes de snacks que dicen orgánico, sostenible, saludable… Si lees la palabra sostenible en un envase, significa que tiene harina de grillos. Si aparece “sostenible” en cualquier paquete, ve a los ingredientes para leerlo porque tiene harina de grillos. Están empezando a ponerlo en los bocadillos normales que compramos para nuestros hijos. Creo que lo que va a suceder es que se va a crear toda una nueva generación -e incluso nosotros- que empezará a tener alergias a los alimentos. Van a empezar a tener problemas gastrointestinales crónicos, trastornos de la piel…
– Se proyecta que la población mundial alcanzará los 9.800 millones en 2050. ¿Cree que realmente no habrá suficiente comida para alimentar a la humanidad?
– Sé que en Estados Unidos, por ejemplo, se ha dicho a muchos agricultores en diferentes partes que no planten ciertos cultivos o que no pueden llevar cerdos o carne de vacuno al matadero, que no se les pagará por ello. Y es realmente extraño porque en Estados Unidos, en estos mercados generales, en realidad importamos carne de vacuno. Yo vivo en Texas, te puedes imaginar la cantidad de ganado y todo lo que tenemos aquí. Es una especie de locura estar importando carne de vacuno de Africa y de diferentes lugares como ese a los Estados Unidos cuando tenemos nuestra propia carne que podríamos suministrar. Todo eso tiene que ver con el comercio, con esta forma enrevesada de controlar el dinero, las finanzas. Así que creo que el camino a seguir es realmente construir comunidades. Mercados de agricultores, diferentes cooperativas y cosas así, porque creo que si uno cría carne de vacuno en su propio campo, en su propia comunidad, sabe exactamente lo que ocurre allí. Creo que como comunidad podemos mantenernos. El problema es que no nos dejan.
– En algunos países han creado una policía climática, controlando lo que cultivan en sus tierras y lo que la gente come ¿qué podemos esperar de esto?
– Leí un artículo hace un par de semanas en el que se decía que en Canadá el gobierno de Trudeau está creando una policía climática y van a tener todo un complejo que se encargará técnicamente de esto. Lo cual es realmente un sinsentido. Todo se remonta al control. Todos nosotros en general, como ciudadanos del mundo, queremos agua limpia, comida limpia, queremos estabilidad financiera, queremos buena salud para nuestros hijos. Así que, en general, todos nos esforzamos por tener una vida mejor. Ninguno de nosotros quiere contribuir a algo que pueda dañar el planeta. Así que no necesitamos la policía del clima, no necesitamos este control climático. Todos los países, todos los pueblos, queremos que las generaciones siguientes sigan viviendo una buena vida. Y en mi opinión, al crear este tipo de políticas, lo único que están tratando de hacer es controlarnos aún más.
Con esto se va a volver a lo que hablamos en el pasado, el pasaporte digital, o el “has gastado demasiada calefacción” o “has gastado demasiada electricidad para tu aire acondicionado”,” así que ahora vamos a quitarte un par de puntos de tu pasaporte digital social y no vas a poder viajar a ver a tus abuelos”. Se trata de controlar el modo de vida. Tenemos que resistirnos a eso porque ninguno de nosotros, no importa de qué país seas, quiere vivir en la cárcel el resto de su vida. Al crear políticas como esa, sólo están tratando de mantenernos encarcelados y decir, tienes que hacer esto o vas a ser castigado o no vas a poder hacer eso. Este tipo de políticas son una idiotez. Son una forma de control. Todos los gobiernos, todos los líderes que han sido elegidos por el pueblo deberían rechazar cosas así. Tenemos que tratar de encontrar el sentido común y trabajar en estos temas, pero definitivamente no aceptar ningún tipo de policía climática.
– ¿De qué manera el común de la gente puede resistirse a estas imposiciones arbitrarias y resguardar su libertad?
– Llevo un tiempo diciendo esto y la gente siempre piensa que estoy dando una respuesta muy simple. Pero, sinceramente, la solución a todo esto es muy sencilla. También es la respuesta más difícil que puedo dar. La solución es esta: fortalece tu hogar, fortalece tu comunidad, fortalece tus escuelas, fortalece tu iglesia, fortalece tu municipio, fortalece tu ciudad, el barrio, el estado. Y la manera de fortalecer eso es creando conexiones con tu vecino. Así, si las cosas van mal y tenemos que depender más de nosotros mismos, si yo cultivo tomates y tú papas, podemos compartir. Tenemos que empezar a crear relaciones de verdad, y tenemos que asumir responsabilidades. Por ejemplo, actualmente estoy en un consejo escolar en nuestra ciudad y me vuelvo a presentar al consejo escolar porque siento que como madre, como médica, debo intentar asegurarme que nuestros hijos reciben una gran educación, de que se cuida a los profesores, de que nuestra comunidad sigue creciendo. Así que hay que asumir responsabilidades. Tanto si te presentas a un consejo escolar, a alcalde, a concejal, a juez, todos tenemos que empezar a asumir responsabilidades, y eso empieza en casa con nuestros hijos.
Enseñémosles a ser buenos ciudadanos, a cuidar de los demás, a dar siempre una mano cuando la gente necesite ayuda. Y haciendo eso, vamos a fortalecer nuestra propia comunidad. Todo el mundo dice, “yo sé eso”, pero nadie lo hace. Y la razón por la que esto es lo más difícil es porque yo no soy su salvador. Todos quieren ser salvados. Nadie quiere hacer el trabajo. Pero la única manera de salir de este lío es asumiendo la responsabilidad personal.
Cuando nos reunimos, realmente encontramos una solución. Así que creo que es así como podemos salir de cualquier lío. Cualquiera que sea el que se nos plantee. La razón por la que existen estas agendas globales, planes globales, es porque no estamos conectados como personas. Estamos dejando que ganen.
– El covid fue una excelente demostración de que son capaces de controlarnos sin demasiado esfuerzo.
– No están ganando porque sean más fuertes, más inteligentes, más ricos. Están ganando porque nosotros les dejamos ganar. Estamos viviendo en nuestro pequeño rincón y diciendo, “bueno, realmente no hay nada que pueda hacer”, así que sólo voy a sentarme aquí y quejarme y ser más miserable en lugar de vivir la mejor vida que podamos. En realidad, si tienes un pequeño rincón del mundo y puedes plantar una planta de albahaca, tomates, pimientos, ya tienes un par de cosas que puedes hacer tú mismo en casa que son frescas, orgánicas y buenas para tu salud. Y luego, si vives en comunidades en las que hay granjas, puedes comprar una vaca entera y ellos procesan la carne para ti y la llevas a casa y la pones en tu congelador y así los estás apoyando y estás comiendo sano. Sólo tenemos que dejar de permitir que nos asusten.
Creo que esta es la primera vez en la historia que la gente ha despertado realmente a esta idea de ¿sabes qué? No saben exactamente lo que quiero y lo que necesito. Así que quiero cambiar las cosas. Debemos tomar las riendas de nuestras vidas de forma colectiva, ya sea asegurándonos de que los niños reciban una buena educación, de que tengamos una buena salud o de que se elija a personas con ideas para que nos guíen. Todo se reduce a la idea de que nadie nos salvará.
Yo diría que lo mejor que puedes hacer es cuidarte a ti mismo, cuidar de tu familia, salir al sol, plantar algunas plantas, beber mucha agua, dormir bien, disminuir el estrés. La dieta es muy importante. Yo soy del Mediterráneo, y nuestras dietas son probablemente muy similares. Darle más color a tu plato con las verduras. La berenjena es morada. Luego tienes col roja, tienes brócoli. Comer algo de proteína magra, buena, que no sea de insectos, y algo de pescado que tiene muchos ácidos grasos omega, cosas así.
Lo que pones dentro de ti importa. Así que tener dietas saludables y un estilo de vida saludable puede realmente ayudarte en los tiempos que vienen. No importa lo que nos arrojen, lo resolveremos.