A principios de año, la Unión Europea (UE) autorizó la venta de “insectos para consumo humano”, una propuesta que viene difundiendo la Organización de Naciones Unidas. En el norte de Italia, ya se guardan millones de grillos en contenedores en lo que se conoce como una “granja de insectos”. Cada día cerca de un millón de grillos son transformados en ingredientes alimenticios”.
Sin embargo, el gobierno italiano de Giorgia Meloni y Matteo Salvini han prohibido este tipo de alimentación. “Nos opondremos, por cualquier medio y en cualquier lugar, a esta locura que empobrecería nuestra agricultura y nuestra cultura”, escribió el viceprimer ministro Matteo Salvini en Facebook.
Ivan Albano, dueño de una de las granjas de insectos más importante, expone una harina de color marrón claro que luego es usada para producir pasta, pan, panqueques, barras energéticas e, incluso, bebidas deportivas. Retoma la retórica ambientalista de la ONU para fundamentar su negocio: “Para producir un kilo de polvo de grillo, solo usamos unos 12 litros de agua”, explica, antes de explicar que para producir la misma cantidad de proteína de las vacas se requieren miles de litros de agua.
La BBC de Londres, que se suma a publicitar este tipo de alimentación sostiene que “La cría de insectos también requiere solo una fracción de la tierra utilizada para producir carne. Dada la contaminación causada por la industria ganadera y láctea, cada vez más científicos creen que los insectos podrían ser clave para frenar el cambio climático”.
Mientras esto ocurre, un equipo internacional de científicos de Estados Unidos, Japón, Canadá, Francia e India, aseguran que los cristales de proteína de la “leche de cucarachas” son un suplemento proteico “fantástico” y es “cuatro veces más nutritiva que la leche de vaca”.
El estudio fue publicado en la revista IUCrJ de la Unión Internacional de Cristalografía en 2016 (una sociedad científica que pertenece al Consejo Internacional para la Ciencia), allí los investigadores concluyeron que la leche de cucaracha podría ser el superalimento del futuro de la humanidad y advirtieron en sus observaciones que, específicamente, la cucaracha escarabajo del Pacífico (la Diploptera punctate) utiliza ese líquido para alimentar a sus crías y este es rico en proteínas, grasas y azúcares.
Asimismo, un equipo internacional de científicos encabezado por investigadores del Instituto de Biología de Células Madre y Medicina Regenerativa en India decidió secuenciar los genes responsables de producir los cristales de proteína de dicho líquido para intentar replicarlos en el laboratorio.
Las cucarachas Diploptera Punctate, son una especie vivípara que alimenta a su descendencia con un líquido “altamente nutritivo”. Tras ingerir este fluido, los cristales de proteína que permanecen en el intestino de las crías es lo que los científicos han querido denominar “leche de cucaracha”.
“Estos cristales son como un alimento completo: tienen proteínas, grasas y azúcares. Si observas las secuencias de proteínas, tienen todos los aminoácidos esenciales”, dijo Sanchari Banerjee, uno de los miembros del equipo, en una entrevista con el Times de India.
Si la leche de cucaracha logra pasar todos los controles, también podría acabar formando parte del polvo de insecto que las Naciones Unidas promueven como alternativa proteica “para paliar el hambre en las zonas de mayor escasez del planeta”, de acuerdo a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sustentable) de su Agenda 2030. Desde la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) vienen hace tiempo, advirtiendo la necesidad de incorporar a los insectos a nuestra dieta como una “forma de para aliviar los efectos ambientales del consumo agrícola y ganadero”.
Sobre los posibles efectos secundarios a mediano y largo plazo de este tipo de ingestas, no se han expedido.