Arabia Saudita comenzó un ambicioso programa de fabricación en masa de misiles balísticos con tecnología y ayuda de China para intentar contrarrestar el peso del programa nuclear iraní en la diplomacia regional.
El Reino de Arabia Saudita está empezando a alejarse de su histórica relación con Estados Unidos, tras una serie de destratos de Joe Biden para con el gobierno de los Salmán, principalmente luego del acercamiento del Departamento de Estado norteamericano con el régimen iraní.
Esta semana, trascendió la noticia que los saudíes están utilizando activamente tecnología militar china tras haberse producido una transferencia tecnológica mutua entre ambas naciones. Ahora, el país del Medio Oriente comenzó un importante programa militar consistente en la fabricación en masa de misiles balísticos con ayuda de China.
Principalmente, con esta medida Arabia Saudita busca contrarrestar la influencia y el peso de Irán en la región aprovechando la financiación de China. Irán reinició este año su programa nuclear tras la salida de Donald Trump de la Casa Blanca, y los saudíes están en máxima alerta.
También el reino islámico busca tapar las carencias de su Ejército, que quedaron expuestas con su dificultad para terminar de una vez por todas la Guerra de Yemen, en la que está involucrada en contra de los hutíes hace más de una década, sin avances significativos.
Según la CNN, Estados Unidos sabe que Mohamed Bin Salmán, jefe de gobierno saudí y príncipe heredero del reino, compró en secreto misiles balísticos a China al menos dos veces este año.
El diario punta de lanza del Partido Demócrata incluso publicó en exclusiva imágenes de satélite de las instalaciones de fabricación de estos misiles, que se encuentran en Al Dawadmi, al centro del país.
La situación se le está yendo de las manos a Estados Unidos, que históricamente intervino en Oriente Medio y dictó la política de la región. Irán reinició su programa nuclear, en respuesta Arabia Saudita refuerza su sistema misilístico y los iraníes pueden seguir escalando el conflicto.
A su vez, regionalmente la decisión saudí podría provocar que se produzca un efecto en cadena en el que varias naciones árabes comiencen a desarrollar sus programas de desarrollo nuclear o de misiles con apoyo de China.
Por su parte, China tiene como objetivo estar cada vez más involucrada en los asuntos militares de Medio Oriente, un territorio en el que hasta el momento no había entrado, y en el fondo busca tomar el rol que supo tener por mucho tiempo Estados Unidos.
La relación entre China e Irán es muy particular. Si bien son aliados contra Estados Unidos en distintos conflictos del mundo, parecería que en la guerra fría entre los suníes y los chiítas, China ya eligió bando.
Fuente: La Derecha Diario