Hay cansancio climático, quizá por saturación, quizá porque no acaba de calar en una ciudadanía crecientemente recelosa. Y asunto se va esquinando poco a poco, no en los políticos, todavía no, pero sí, lo que no es menos importante, en los amos del dinero.
JPMorgan Chase y los inversores institucionales BlackRock y State Street Global Advisors han anunciado que se salen de o, en el caso de BlackRock, reducen su participación en una alianza climática con la ONU para combatir el calentamiento global a través de acuerdos de sostenibilidad corporativa.
El gigante financiero JPMorgan Chase revela en un comunicado su intención de salirse de la alianza de inversión Climate Action 100+ debido a la ampliación de su equipo interno de sostenibilidad y al establecimiento de su marco de riesgo climático en los últimos años. BlackRock y State Street, dos de las tres grandes de la inversión internacional, dijeron que las iniciativas climáticas de la alianza han ido demasiado lejos y expresaron también su preocupación por posibles problemas legales.
No es sólo que no le salgan las cuentas; es que cada vez es mayor la presión que ejercen los grupos de defensa de los consumidores y las autoridades de los estados gobernados por republicanos para que se ponga fin a la «soga verde» que representan los desastrosos criterios ideológicos ESG (medio ambiente, política social y gobernanza).
«La firma ha creado un equipo de 40 profesionales dedicados a la inversión sostenible, incluidos especialistas en administración de inversiones que también aprovechan uno de los equipos de investigación del sector de compras más grandes de la industria», señala JP Morgan. «Dadas estas mejoras y la evolución de sus propias capacidades de gestión, JPMAM (JP Morgan Asset Management) ha determinado que ya no participará en los compromisos de Acción Climática 100+».
Por su parte, BlackRock retiró su negocio estadounidense de Climate Action 100+, trasladando su participación en la alianza a la entidad internacional más pequeña de BlackRock, donde la mayoría de los clientes persiguen objetivos de descarbonización, según informa Financial Times. Y State Street señala que su salida de la alianza se debe a que los compromisos de la «fase 2» de Climate Action 100+ entraban en conflicto con las políticas de inversión internas de la empresa.