Cómo el Partido Comunista Chino explotó la Gran Industria Farmacéutica COVID para librar una guerra contra los EE. UU.

«Creo que lo que estamos viendo aquí es una cuestión de alta política gubernamental de la China comunista en lo que yo llamaría las ‘fuerzas demoníacas’ del globalismo que están dentro de organizaciones como el Foro Económico Mundial», dijo el presidente y miembro fundador de la Comité sobre el Peligro Presente: China, Brian T. Kennedy, en una charla en Hillsdale College.

En un discurso pronunciado en el Hillsdale College en marzo como parte de una conferencia sobre las grandes farmacéuticas (Big Pharma), el presidente y miembro fundador del Comité sobre el Peligro Presente: China, sostuvo que los acontecimientos en torno a China, COVID y las grandes farmacéuticas forman parte de una guerra en curso emprendida por el Partido Comunista Chino (PCCh) contra Estados Unidos en un esfuerzo por expandir las fronteras e influencia chinas.

Al comienzo de la charla, Brian T. Kennedy señaló que “mucho de lo que [tenía] que decir… [fue] producto del trabajo del comité para tratar de comprender las maquinaciones de la China comunista y de nuestro propio gobierno, que aparentemente se vuelve muy maleable y está sujeto a manipulación por parte del Partido Comunista Chino (PCCh)”.

China, el PCCh y la guerra prolongada contra Estados Unidos

Kennedy, hablando del PCCh, afirmó que su único objetivo era “el control de la tierra y de todos sus pueblos”, y desglosó las acciones que China ha llevado a cabo desde 2019.

En mayo de 2019, la organización de noticias del PCCh -el Diario del Pueblo–  hizo un llamamiento a una “guerra popular” contra Estados Unidos, comentó Kennedy. Según Kennedy, el motivo de la declaración fue que “Estados Unidos tuvo la temeridad de intentar aplicar algún tipo de prohibición, algún tipo de mecanismo para impedir que la China comunista… robara a Estados Unidos unos 500.000 millones de dólares al año en propiedad intelectual…”

“[El PCCh] creía que tenía el control de Estados Unidos antes de Donald Trump y el movimiento MAGA”, continuó Kennedy. “Habían capturado a las élites en Occidente. Pensaban que las habían comprado”.

Según Kennedy, la exitosa candidatura presidencial de Trump cambió la visión china. “El movimiento MAGA y Donald Trump, sin embargo, representaron algo diferente. Representaron un auténtico resurgimiento del nacionalismo estadounidense. Representaron un despertar del pueblo estadounidense”, dijo.

Kennedy señaló además que a los pocos meses del llamamiento del Diario del Pueblo a una “guerra popular”, surgió el COVID-19 en Wuhan.

“Poco importa si se filtró intencionadamente desde un laboratorio o no”, declaró Kennedy. “Lo que está claro es que permitieron que se extendiera por todo el mundo, sabiendo el daño que causaría. Y desde un punto de vista práctico, aunque fuera un ataque intencionado, en la guerra el engaño es (un factor) importante. E incluso un ataque intencionado requeríría que pareciera un accidente”.

“En cualquier caso, el COVID-19 se utilizó como arma biológica contra Estados Unidos”, continuó Kennedy.

Kennedy también discutió la visión china de la guerra con Estados Unidos, señalando (la similitud) entre un libro publicado en 1995 llamado Guerra sin restricciones escrito por dos coroneles chinos y un discurso secreto  pronunciado en 2003 por el general chino Chi Haotian, en el que se argumenta que una guerra china con Estados Unidos es inevitable y necesaria para que el PCCh sobreviva. “En el libro” -dijo Kennedy sobre Guerra sin restricciones-“los dos coroneles creen que la guerra entre China y Estados Unidos es inevitable, y la [República Popular China], según ellos, debe estar dispuesta, si [China quiere] ganar, a emplear todos los medios necesarios para lograrlo”. Kennedy continuó citando a Chi, quien comparó la posición de China con la búsqueda de “espacio vital” de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, argumentando que para expandir China con éxito, los chinos deben superar la oposición occidental a la expansión, liderada por Estados Unidos, y esperar su momento para estar más desarrollados tecnológicamente para lanzar un ataque sorpresa.

Chi afirmó además que los chinos descubrieron América antes que Cristóbal Colón, lo que les da derecho a la tierra, y que si los chinos logran resolver lo que él llamó el “asunto de América”, entonces los “países occidentales de Europa se inclinarían ante nosotros, sin mencionar Taiwán, Japón y otros países pequeños”.

Chi señaló en su discurso, sin embargo, que la guerra librada contra Estados Unidos no podía ser una guerra convencional librada con balas y misiles, diciendo: “Sólo utilizando armas no destructivas que maten a mucha gente podremos reservar América para nosotros”.

Chi dio otros dos escenarios posibles para tal guerra. “Si nuestras armas biológicas tienen éxito en el ataque sorpresa”, dijo Chi, “el pueblo chino podrá mantener sus pérdidas al mínimo en la lucha contra Estados Unidos. Sin embargo, si el ataque falla y desencadena una reacción nuclear de Estados Unidos, China tal vez sufra una catástrofe en la que perezca más de la mitad de su población”.

Kennedy, comentando  el discurso de Chi, dijo: “La idea de que [los chinos] describan el uso de armas biológicas contra nosotros, en mi opinión, le da cierta lógica a todo lo que hemos estado viviendo durante los últimos tres años”.

Kennedy continuó haciendo referencia al discurso de Chi, señalando que Chi mencionó una reunión de 1995 de la Fundación Gorbachov en San Francisco, en la que afirmó que los miembros de la Fundación concluyeron que la producción económica mundial podría mantenerse con el 20% de lo que entonces era la población mundial. Según los comentarios de Chi sobre la reunión, “Los asistentes pensaban que este exceso del 80% de la población sería una población basura, y habría que utilizar, cito textualmente, “medios de alta tecnología” para eliminarla gradualmente”.

El PCCh y las grandes industrias farmacéuticas

Después de analizar el discurso de Chi, Kennedy vinculó lo que había discutido sobre China con las Big Pharma.

Hablando de  las grandes industrias farmacéuticas, Kennedy señaló que “las Big Pharma han estado en el negocio de hacer dinero manejando todos los problemas que causa tanto un conjunto de medicamentos como una vacuna… Y puedes notar que las Big Pharma se han hecho ricas viendo que son sponsors de cualquier programa deportivo o de televisión… ves que los patrocinan Pfizer, Moderna, Novartis”.

Hablando de los fármacos concretos que se anuncian en televisión, Kennedy comentó: “Pero casi piensas: ‘Son fármacos tan poco conocidos. ¿Qué sentido tiene anunciarlos? Y entonces te das cuenta de que quizá en realidad no se anuncian para solucionar el problema, sino para controlar la cadena… Si controlan la cadena subvencionando todos estos programas de televisión… entonces eso tiene una influencia corruptora”.

Haciendo referencia a “China Rx: Exponiendo los riesgos de la dependencia estadounidense de China para la medicina” de Rosemary Gibson, también miembro del Comité sobre el peligro actual: China, y coautor de Janardan Prasad Singh, Kennedy señaló: “El resultado [del libro] fue que en una búsqueda aún mayor de ganancias, la industria farmacéutica de Estados Unidos ha exportado tanto la fabricación de productos farmacéuticos como los principios activos a partir de los cuales se fabrican los medicamentos”, afirmando además que las compañías farmacéuticas también han subcontratado la investigación farmacéutica de sus medicamentos.

Al analizar más a fondo la decisión de las Big Pharma de subcontratar a China, Kennedy afirmó que “la estrategia [de China] es ser abiertamente la farmacia del mundo . Entonces, no solo quieren producir los medicamentos, quieren producir los principios activos (a partir de los que se fabrican los medicamentos), quieren el dinero para la investigación (que otorga validez científica y credibilidad) de todas estas cosas ”.

“Entonces, cuando… Anthony Fauci va a través de EcoHealth Alliance y hace que el Instituto de Virología de Wuhan (WIV) haga lo que parece ser una investigación de ganancia de función …  así es como el mundo trabaja. Así es como el mundo funciona. Vamos a dejar que China haga todo esto por nosotros”, continuó Kennedy.

Señaló además que un funcionario del politburó chino amenazó con detener el envío de productos farmacéuticos a Estados Unidos tras las críticas a la gestión china por la filtración ocurrida en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV), diciendo: “Uno de los miembros chinos del politburó dijo que iban a empezar a negarnos… principios activos para fabricar los medicamentos. Y dijo textualmente que (si eso pasaba): ‘Nos ahogaríamos en un mar de coronavirus’”.

Hablando sobre las inyecciones de COVID, Kennedy dijo: “En este nuevo Congreso realmente tenemos que llegar al fondo del tema de las vacunas. Creo que lo que le prometieron al presidente Trump desde Pfizer y Moderna no fue lo que realmente obtuvimos. No creo que hubiera ningún momento en el que alguien le dijera al presidente Trump… ‘Vamos a darle un ARNm, ya sabe, una terapia génica’”.

“Le prometieron [una]… vacuna del tipo que tomamos cuando éramos niños para una variedad de cosas”, continuó. “Se trataba de algo nuevo. Se le prometió algo que era una vacuna tradicional que iba a salvar vidas en Estados Unidos. Ahora bien, creo que tenía una fe en la ciencia moderna que ahora sabemos que es injustificada, que no estoy seguro de que apreciara plenamente lo corruptas que eran nuestras agencias gubernamentales, dirigidas en parte por [Anthony] Fauci, a la hora de abordar todo esto. Y eso me parece una gran tragedia política que debemos considerar”.

“Y creo que ante el Congreso, Albert Bourla… el CEO de Pfizer… y Stephane Mancel de Moderna, deberían ser preguntados cómo estas terapias genéticas de ARNm llegaron a ser nuestras vacunas, porque, en la práctica, eso simplemente no sirvió de nada”.

Concluyendo su discurso, Kennedy dijo: “Creo que lo que estamos viendo aquí es una cuestión de alta política gubernamental de la China comunista en lo que yo llamaría las ‘fuerzas demoníacas’ del globalismo que están dentro de organizaciones como el Foro Económico Mundial. Creo que estamos viendo en todo esto un esfuerzo por despoblar el planeta”.

“El Foro Económico Mundial y escritores como Paul Ehrlich han hecho surgir el fantasma de que estamos superpoblados… Hay un grupo de personas en este planeta, ya sea la China comunista, o el Foro Económico Mundial, o los ecologistas radicales, que piensan que estamos superpoblados, y ahora se van a encargar de rehacer el mundo”.

“Nosotros, en esta sala, que nos preocupamos por la libertad humana, debemos reunir a nuestros compatriotas para que comprendan la amenaza que tenemos ante nosotros”, continuó. “Debemos remoralizar a nuestro pueblo y ser hijos de la luz en la oscuridad que nos rodea. La causa de la libertad nunca ha estado más en peligro. Comprometámonos como nunca antes en su defensa”.

El discurso de Kennedy no fue el único discurso en la conferencia de Hillsdale que discutió la conexión entre el PCCh y las grandes industrias farmacéuticas.La Dra. Naomi Wolf pronunció un discurso en el que sintetizó varios “titulares” descubiertos a partir del análisis de miles de documentos de Pfizer, discutiendo  cómo la empresa de la “vacuna” COVID buscaba intencionadamente no sólo “interrumpir y perjudicar la reproducción humana” sino “atacar” y “matar” a un gran número de personas, particularmente en Occidente.

Al hablar del PCCh y de las vacunas COVID, Wolf explicó cómo Fosun Pharmaceutical, afiliada al PCCh, desempeña un papel importante en el desarrollo y la distribución de los agentes de guerra biológica de Pfizer/BioNTech que se comercializan como “vacunas COVID-19”.

Explicó que el PCCh es dueño de las plantas de fabricación “que producen la inyección que se coloca en los cuerpos de los escolares aquí en los Estados Unidos de América”, y además, cómo los estudios supervisados ​​por el PCCh revelan que sabían muy bien que la planificación de red logística (método científico LNP por sus siglas en inglés) daña la fertilidad y causa miocarditis.

“Para mí, es obvio”, dijo, que estos estudios de investigación estaban destinados a “mostrar al Partido Comunista Chino cómo se mata a los occidentales sin dejar huellas dactilares”.

“Creo que estamos ante una situación de asesinato en masa, una guerra, un crimen de guerra, [y] crímenes contra la humanidad”, valoró Wolf. Y respecto de “todos estos malhechores” responsables, “simpáticos como parecen en sus trajecitos, hablando a las cámaras”, reveló el autor, “espero que todos ellos se enfrenten a la justicia en esta vida.”

TP

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