Tres años después de endurecer el código penal para perseguir el abuso a menores, ahora el grupo pro-pedofilia hizo lobby y consiguió que el canciller socialista Olaf Scholz diera marcha atrás con la cárcel efectiva.
El Gobierno de Alemania, liderado por el socialista Olaf Scholz, ha anunciado una insólita rebaja de las penas por pedofilia en el país. La polémica decisión reducirá la posesión de pornografía infantil de un delito grave con condena efectiva a un delito leve del que se podrá salir haciendo tareas comunitarias y pagando una fianza.
La medida es incluso más extraña cuando se considera que tan solo 3 años atrás, el 25 de marzo del 2021, todos los partidos políticos, incluido el socialista SPD, votaron a favor de un proyecto de ley en el Bundestag para subir las penas contra pedófilos.
El proyecto de ley en su momento fue una respuesta a los datos que espantaron a la población alemana: entre 2018 y 2019, aumentaron este tipo de delitos contra la infancia en un 65%. Según se afirmaba en ese texto, “el derecho penal, que ya prevé penas severas para la violencia sexual contra los niños y los delitos de pornografía infantil, no tiene el efecto disuasorio esperado, por lo que las penas deben ser aún mayores“. Poco más de 3 años después, y con los delitos a la baja gracias a dicha legislación, por alguna razón inexplicable, el Gobierno socialista ha decidido dar marcha atrás.
En concreto, el SPD ha decidido eliminar un artículo del Código Penal que tipificaba como delito grave la posesión de material de abuso sexual infantil. La reforma se aprobó el pasado jueves, y una vez que entre en vigor provocará una reducción de las penas mínimas. Además, el delito pasará de ser considerado grave a delito menor.
“La posesión y adquisición de pornografía infantil deben ser castigadas con una pena mínima de tres meses de prisión. La distribución con una pena mínima de seis meses de prisión“, decía el anterior proyecto de ley, que ahora se redujeron a la mitad y se hicieron excarcelables.
Lo socialistas se amparan en la necesidad de “responder de manera adecuada y con la flexibilidad necesaria a la gran proporción de delincuentes juveniles”. Es decir, rebajan las penas, para beneficiar a los jóvenes consumidores de contenido pedófilo.
La medida fue impulsada por el grupo Krumme-13, una asociación de activistas alemanes a favor de la pedofilia. Ellos se definen como una organización de “autoayuda” para “pedosexuales”, que últimamente ha obtenido un amplio apoyo dentro del gobierno de Olaf Scholz.
Es decir, adultos que sienten atracción sexual hacia niños o adolescentes están teniendo un amplio nivel de injerencia en el Gobierno alemán. En la práctica, son un grupo pro-pedofilia que trata de rebajar la edad de consentimiento y la despenalización de la pederastia.
Uno de sus líderes, Dieter Gieseking, con antecedentes penales por pedofilia, consiguió en octubre del año pasado las firmas necesarias, unas 50 mil, para introducir en la Comisión de Peticiones del Bundestag la legalización del “sexo con niños”.
En un comunicado que publicó la organización pedófila tras la decisión del Gobierno, celebran que se diera marcha atrás con la ley del año 2021, a la que tachan de “inconstitucional”, y critican al propio Canciller por “no pedirle perdón a los miles y miles de víctimas que sufrieron esta ley en los últimos tres años“.