El ‘informe Kissinger’: el plan para controlar la demografía mundial
25 de Marzo 2019
En 1970, el presidente Nixon pidió al Congreso incrementar la inversión para financiar las actividades de población. Por ello, creó la Comisión sobre el Crecimiento Demográfico y el Futuro de Norteamérica, que fue presidida por John D. Rockefeller III. Así, el secretario de Estado del Gobierno estadounidense, Henry Kissinger, suscribió el 24 de abril de 1974 el documento Memorandum de Estudio para la Seguridad Nacional nº 200 (NSSM 200). Implicaciones del Crecimiento Poblacional Mundial para la Seguridad de Estados Unidos e Intereses de Ultramar, conocido más adelante como informe Kissinger. Gracias a la desclasificación de estos documentos en 1989, se pudo conocer que el informe instaba al Gobierno de Richard Nixon a declarar de máxima prioridad el control de natalidad en 13 países: Brasil, India, Bangladesh, Pakistán, Nigeria, México, Indonesia, Filipinas, Tailandia, Egipto, Turquía, Etiopía y Colombia. Según el informe, el motivo que justificaba el control de la población era que la “explosión demográfica” suponía una amenaza para la seguridad de Estados Unidos. Por ello, se recomendaba a las agencias del Gobierno de EE UU no usar el término “control de la natalidad”, sino otras expresiones menos contundentes como “planificación familiar” o “paternidad responsable”. Lo que se pretendía lograr con ello era garantizar el acceso de EE UU a las materias primas de esos países, minimizando el consumo interno en ellos. El informe está compuesto por un resumen ejecutivo y dos partes. En la primera parte hay un análisis demográfico mundial y una estimación de lo que sucederá tras proyectar varias variables demográficas en los próximos 30 años. En la segunda parte se detalla la estrategia global, en la que se indica la necesidad de crear instituciones voluntarias independientes para llevar a cabo el plan. Estas instituciones de voluntarios es lo que en la actualidad denominamos Organización No Gubernamental. Basta comprobar el arranque del capítulo sexto para hacerse una idea de los fines del plan estadounidense: “El rápido crecimiento poblacional afecta negativamente todos los aspectos del progreso social y económico de los países en desarrollo… esto lleva a preguntar cuánto más fácil serían los desembolsos para combatir la natalidad, que los destinados a incrementar la producción por medio de inversiones directas en irrigación, o proyectos para generar energía, construir fábricas…”.
Para lograr el control poblacional, Estados Unidos contó con el apoyo de los principales magnates del país (Ted Turner, Rockefeller, Rotschild, JP Morgan, Bill Gates, etc.). Más reciente si cabe fue el papel de Hillary Clinton como promotora del aborto por el mundo –“No los matéis, dádmelos a mí”. Algunas de las ideas clave del informe son controvertidas:
«La economía EE.UU. requerirá abundante y crecientes minerales extranjeros, especialmente de países menos desarrollados [ver Comisión Nacional Política Materiales Una política Materiales Nacional: Datos Básicos y Cuestiones abril 1972]. Este hecho da mayor interés a EE.UU. en la estabilidad política, económica y social de los países proveedores. Dondequiera que una disminución de las presiones poblacionales, a través de la reducción de la tasa de natalidad, puede aumentar las posibilidades de dicha estabilidad, la política demográfica se hace relevante para los suministros de recursos y para los intereses económicos de los Estados Unidos. . . . La ubicación de reservas conocidas de minerales de grado superior favorece la creciente dependencia de todas las regiones industrializadas en las importaciones procedentes de los países menos desarrollados. Los verdaderos problemas de suministros de minerales se encuentran, no en suficiencia física básica, sino en las cuestiones político-económicas de acceso, las condiciones para la exploración y explotación, y la división de los beneficios entre los productores, los consumidores y los gobiernos del país de acogida «[Capítulo III-Minerales y combustible].
Ya sea a través de la acción del gobierno, los conflictos laborales, sabotaje, o disturbios civiles, el flujo continuo de materiales necesarios se verá en peligro. Aunque la presión poblacional no es el único factor involucrado, este tipo de frustraciones son mucho menos probables en condiciones de crecimiento demográfico lento o nulo «[Capítulo III-Minerales y Combustibles].
«Las poblaciones con una alta proporción de crecimiento. Los jóvenes, que se encuentran en proporciones mucho más altas en muchos países menos desarrollados, es probable que sea más volátil, inestable y propenso a los extremos, la alienación y la violencia que una población de mayor edad. «Estos jóvenes pueden ser persuadidos más fácilmente para atacar a instituciones legales del gobierno, o bienes inmuebles del ‘establishment’, ‘imperialistas, corporaciones multinacionales, u otras frecuentes influencias extranjeras culpadas por sus problemas» [Capítulo V, «Implicaciones de las presiones de población para la Seguridad Nacional].
«Hay que tener cuidado de que nuestras actividades no deben dar la impresión a los PMD de ser una política de un país industrializado, dirigida contra los países menos desarrollados. Se debe tener cuidado de que en cualquier acercamiento en este campo, apoyamos los países menos adelantados son los que podemos apoyar en este país . Los líderes del «Tercer Mundo» deben estar a la vanguardia y obtener crédito para programas exitosos. En este contexto, es importante demostrar a los líderes de los PMD que tales programas de planificación familiar han funcionado y pueden funcionar dentro de un período razonable de tiempo «. [Capítulo I, las tendencias demográficas mundiales]
El informe aconseja: «En estas relaciones sensibles, sin embargo, es importante tanto en estilo como en sustancia evitar el aspecto de coacción.»