La Organización Meteorológica Mundial de la ONU estimó en un 60 % la probabilidad de que El Niño se desarrolle a finales de julio, y en un 80 % a finales de septiembre.
Las Naciones Unidas advirtió de la creciente probabilidad de que el fenómeno meteorológico de El Niño se desarrolle en los próximos meses, provocando un aumento de las temperaturas globales y posiblemente nuevos récords de calor.
«Esto cambiará las pautas meteorológicas y climáticas en todo el mundo», declaró a la prensa en Ginebra Wilfran Moufouma Okia, jefe de la división de servicios regionales de predicción climática de la Organización Meteorológica Mundial de la ONU (OMM).
El Niño, que es un patrón climático natural típicamente asociado con un aumento del calor en todo el mundo, así como sequía en algunas partes del mundo y fuertes lluvias en otros lugares, se produjo por última vez en 2018-19.
La Niña, «freno temporal al aumento de la temperatura global»
Desde 2020, sin embargo, el mundo se ha visto afectado por un periodo excepcionalmente largo de La Niña –el enfriamiento opuesto a El Niño– que terminó a principios de este año, dando paso a las condiciones neutras actuales.
Sin embargo, según la ONU, los últimos ocho años han sido los más cálidos jamás registrados, a pesar de que el efecto de enfriamiento de La Niña se ha prolongado durante casi la mitad de ese periodo.
Sin ese fenómeno meteorológico, la situación de calentamiento podría haber sido aún peor.
La Niña «actuó como un freno temporal al aumento de la temperatura global», afirmó en un comunicado el jefe de la OMM, Petteri Taalas. Ahora, dijo, «el mundo debe prepararse para el desarrollo de El Niño».
La llegada prevista de este patrón climático cálido, afirmó, «muy probablemente provocará un nuevo repunte del calentamiento global y aumentará las posibilidades de batir récords de temperatura».
Por el momento, no hay indicios de la fuerza o duración de El Niño que se avecina.
El último se consideró muy débil, pero el anterior, entre 2014 y 2016, se consideró uno de los más fuertes de la historia, con consecuencias nefastas.
Impacto será probablemente más evidente en 2024
La OMM señaló que 2016 fue «el año más cálido jamás registrado debido al ‘doble golpe’ de un fenómeno de El Niño muy potente y del calentamiento inducido por el hombre a causa de los gases de efecto invernadero».
Dado que el efecto de El Niño sobre las temperaturas globales suele manifestarse al año siguiente de su aparición, el impacto será probablemente más evidente en 2024, señaló.
«Esperamos que en los próximos dos años se produzca un grave aumento de las temperaturas globales», afirmó Okia.
Respiro a la sequía en el Cuerno de África
Taalas destacó que la esperada llegada de El Niño podría tener algunos efectos positivos, señalando que «podría traer un respiro a la sequía en el Cuerno de África y otros impactos relacionados con La Niña».
Pero «también podría desencadenar fenómenos meteorológicos y climáticos más extremos», dijo, subrayando la necesidad de sistemas eficaces de alerta temprana «para mantener a salvo a la población».
Según la OMM, no hay dos fenómenos de El Niño iguales y sus efectos dependen, en parte, de la época del año, y añadió que tanto ella como los servicios meteorológicos nacionales seguirán de cerca la evolución de la situación.
Este fenómeno climático se produce por término medio cada dos a siete años y suele durar entre nueve y doce meses. Suele asociarse a un aumento de las temperaturas de la superficie oceánica en el Pacífico tropical central y oriental.
Suele registrarse un aumento de las precipitaciones en algunas zonas del sur de Sudamérica, el sur de Estados Unidos, el Cuerno de África y Asia central, mientras que, en Australia, Indonesia y algunas zonas del sur de Asia pueden producirse graves sequías.
Durante el verano en el hemisferio norte, el agua cálida de El Niño también puede alimentar los huracanes en el centro y el este del Océano Pacífico, mientras que dificulta la formación de huracanes en la cuenca atlántica, dijo la OMM.