Los menores de edad que sufren disforia de género ya no recibirán bloqueadores de la pubertad, según ha asegurado el servicio de salud pública de Reino Unido (NHS por sus siglas en inglés).
El NHS, uno de los servicios de salud pioneros en este tipo de tratamientos, ha decidido ahora dar marcha atrás con el argumento de que no existe evidencia científica de que cuán seguro es tomar ese tipo de medicamentos o si son clínicamente efectivos para justificar su prescripción a niños y jóvenes «en transición».
«Hemos llegado a la conclusión de que no hay suficiente evidencia que respalde la seguridad o la eficacia clínica de las hormonas supresoras de la pubertad para que el tratamiento esté disponible de forma rutinaria en este momento», ha asegurado el servicio de salud.
Los bloqueadores de la pubertad detienen los cambios físicos que trae consigo la pubertad en el cuerpo de un niño, como el desarrollo de los senos o el vello facial. La decisión del NHS significa que los nuevos servicios regionales de atención a menores de 18 años con disforia de género , que se inaugurarán el próximo mes, no los utilizarán como parte del tratamiento.
A partir de ahora, los niños y jóvenes sólo podrán obtenerlos si participan en un ensayo clínico. Está previsto que al menos uno de estos ensayos comience a finales de este año, pero no se han publicado detalles sobre quién será elegible para unirse a él.
La decisión del NHS reafirma la posición que ya adoptó el año pasado sobre los bloqueadores de la pubertad después de que la Dra. Hilary Cass, que dirige una revisión independiente sobre los servicios de identidad de género para menores de 18 años, emitiera un comunicado en contra de la prescripción rutinaria de estos medicamentos.
A finales de 2020, el NHS de Inglaterra pidió a Cass, expresidente del Royal College of Paediatrics and Child Health, que investigara estos tratamientos. En ese momento, la clínica Tavistock y Portman de Londres los suministraba a discreción, una acción que recibió las críticas de los expertos y que terminó con la orden de cierre de esa clínica, que se hará efectiva a finales de este mes.
Tras el cierre de Tavistock, se abrirán dos nuevos centros especializados: Great Ormond Street en Londres y el hospital infantil Alder Hey en Liverpool. Sin embargo, los servicios que brindarán estos hospitales serán, según fuentes del NHS, «fundamentalmente diferentes del servicio actual, en línea con las recomendaciones de Cass».
El Gobierno de Reino Unido ha celebrado decisión del NHS. «Acogemos con satisfacción esta decisión histórica del NHS de poner fin a la prescripción rutinaria de bloqueadores de la pubertad y esta guía que reconoce que la atención debe basarse en evidencia, en la opinión clínica de expertos y en el interés superior del niño», aseguró Maria Caulfield, ministra de Salud.