Gabriella Ceraso – Ciudad del Vaticano
Un enfoque inclusivo del turismo. Este es el concepto en el que se basa el mensaje del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de cara al próximo Día Mundial del Turismo, que se celebra el 27 de septiembre, convocado por la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas. Y el enfoque inclusivo recuerda, como en el magisterio expresado tantas veces por el Papa Francisco, una economía respetuosa y justa, el bienestar social y económico de toda la humanidad, la oportunidad de que todos tengan un desarrollo integral. No podemos volver, después de la pandemia, a la misma falsa seguridad de las estructuras anteriores; necesitamos – se lee en el mensaje – sistemas que sean accesibles y respondan a las necesidades básicas de la vida, que son la tierra, la vivienda y el trabajo». Este es el tipo de crecimiento y desarrollo que el Dicasterio pretende promover en el Día Mundial del Turismo.
El texto, firmado por el Cardenal Prefecto Peter Turkson, vuelve a insistir, como ya hizo el año pasado en esta ocasión, en el «grave impacto» que la pandemia ha tenido en las empresas y en los trabajadores del sector, especialmente en los trabajadores a tiempo parcial y mal pagados, para reafirmar ante todo el valor de la «persona» y de la «dignidad humana» más allá de la burocracia, las estadísticas y los números de la economía turística, para instar al ejercicio de la «creatividad para salir de un callejón sin salida», y luego para recordar que tenemos un «destino común», como nos ha enseñado la pandemia, y que, por tanto, debemos «resistir a las tentaciones del individualismo y del nacionalismo, demasiado frecuentes en la sociedad contemporánea». «Sólo así – se lee en el texto – evitamos la ‘variante’ del virus que se propaga cuando fomentamos una economía enferma que permite a unos pocos muy ricos poseer más de lo que posee el resto de la humanidad, y cuando los modelos de producción y consumo destruyen el planeta».
El estímulo y el llamamiento del Dicasterio Vaticano
De ahí que, con motivo del 42º Día Mundial del Turismo de este año, el Dicasterio hace un llamamiento y un estímulo. Se fomenta una forma de turismo que permite el encuentro entre personas y territorios, donde la «administración de la belleza abre estilos de vida respetuosos con los demás y con el planeta». El llamamiento, en cambio, se dirige a los Obispos y a los responsables del turismo para que colaboren con las autoridades locales en favor de una actividad turística que promueva una economía justa e integradora, con respeto al hombre y al medio ambiente. Sólo el turismo con estas características – se lee en el mensaje – puede contribuir a un mundo en el que el hombre se sienta plenamente realizado».
En las parroquias hay ejemplos concretos de desarrollo inclusivo
Por último, el Cardenal Turkson, en nombre de todo el Dicasterio, cita un ejemplo concreto de desarrollo inclusivo, el desarrollo «fraternal» generado en torno a los numerosos casos de penuria que ha provocado la pandemia. «Expresamos – afirma el mensaje – nuestro sincero agradecimiento» a todos los que, en este período crítico generado por la pandemia, se han comprometido a apoyar «material y espiritualmente a las personas que se encuentran en dificultades económicas por la suspensión de las actividades turísticas». El mensaje menciona los numerosos esfuerzos por las mejores soluciones que en muchas Iglesias los pastores y sus colaboradores, apoyados por asociaciones nacionales y locales, especialmente Caritas, han realizado para remediar el desamparo social. «Esto – subraya el mensaje – es un ejemplo concreto de desarrollo inclusivo: esa ‘nueva fraternidad capaz de ayudarse y estimarse mutuamente’ de la que tenemos urgente necesidad».
FUENTE: VATICAN NEWS