A través de su directora gerente, Kristalina Georgieva, el organismo informó que al menos 100 países están trabajando en distintos modelos pero que aún no se logró un consenso general.
“En primer lugar, no hay una talla única para todos”, afirmó Georgieva. En segundo lugar, las consideraciones de estabilidad financiera y privacidad son primordiales para el diseño de las CBDC y señaló: “Todavía es pronto para los MDBC y no sabemos muy bien hasta dónde llegarán y a qué velocidad”, añadió Georgieva.
“Los límites en las tenencias de CBDC también ayudan a satisfacer el deseo de privacidad de las personas al tiempo que protegen contra los flujos financieros ilícitos. Se permiten participaciones más pequeñas sin la necesidad de una identificación completa si los riesgos de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo son bajos. Pero las transacciones y tenencias más grandes requieren controles más estrictos”.
Por último, Gerogieva expresó que las monedas digitales de los bancos centrales deben estar diseñadas en base a un equilibrio entre un diseño cuidadoso y consideraciones políticas -como el desarrollo de nuevos marcos legales, nuevas regulaciones y nueva jurisprudencia- que son las que “sustentarán la confianza en las CBDC”.
“El éxito de una CBDC, si se emite y cuando se emita, dependerá de la confianza”, recordó la Directora del FMI. “Pero no olvidemos que la confianza debe estar anclada en bancos centrales creíbles con un historial de cumplimiento de sus mandatos”, destacó.