Será aplicado progresivamente y es una forma de incentivar la vacunación, sobre todo entre los jóvenes.
El «pasaporte sanitario», que a nivel europeo llaman Green Card, es el nuevo instrumento adoptado por el gobierno italiano para contener la pandemia de coronavirus con la seguridad de las inmunizaciones, mientras siguen subiendo los casos diarios de contagios, que llegaron a 5.075 con 15 muertos. Un galope del Covid en pleno verano, gracias a la variante Delta de gran poder de contagio.
A fines de junio los infectados eran 882. El volumen de contagiados podría llegar a diez mil el mes próximo y a 30 mil a finales de agosto.
Ya no hay dudas de que Italia ha entrado en la cuarta oleada de la pandemia, una realidad que se expande en el resto de Europa.
En una conferencia de prensa, el primer ministro Mario Draghi dijo que el uso de la Certificación Verde, como llamó al Pasaporte Sanitario, exalta la necesidad de proseguir con las vacunaciones masivas como la mejor arma contra el Covi-19. Dijo que la extensión de este instrumento, que proseguirá en agosto y setiembre a otros sectores, protege la recuperación de la economia, “que está andando mejor que en otros países europeos. Italia se está recuperando».
Sin barbijo por las calles de Roma. Foto Reuters
El Pasaporte Sanitario será aplicado progresivamente. Será obligatorio para comer en bares y restaurantes en las mesas en lugares cerrados, para ir al gimnasio y al cine o al teatro, participar de los grandes eventos deportivos o los conciertos, los museos y las demás actividades culturales. Las discotecas seguirán cerradas.
Han sido postergadas las decisiones en los transportes públicos, incluidos trenes y aviones.
Muy importante es el cambio de los parámetros que tendrán en cuenta el crecimiento de las hospitalizaciones. El 10% de las terapias intensivas y el 15% para las áreas comunes obligarán a las regiones a pasar al color amarillo que implica una serie de restricciones.
Si el porcentaje crece al 20% en los internados graves y al 30% en los comunes el salto será a la zona naranja, con nuevas restricciones, como el toque de queda nocturno y prohibición de moverse entre las regiones. En los casos más dramáticos, con un 30% de nivel en las terapias intensivas y el 40% en las areas de enfermos menos graves, se entrará en la zona roja, plena de restricciones y cuarentenas destinadas a impedir la movilidad del virus.
Más contagios
El 7 de setiembre se reabren las escuelas primarias, los colegios secundarios y las universidades. Significa que entran en movimiento millones de alumnos, maestros, profesores y personal no docente. El gobierno quiere poner en práctica inmediatamente un plan de 600 millones de euros para comprar nuevos autobuses y mejorar los transportes públicos evitando los amontonamientos.
La Fundación Gimbe informó de una aceleración de los contagios del 115% en la semana del 14-20 de julio, tras tres semanas más tranquilas.
En los bares de Roma. Foto EFE
Sigue bajo el número de muertos, pero en los últimos días se advierte un aumento de los hospitalizados (+5,9%) y de internados en terapia intensiva (+5.1%).
El primer ministro Mario Draghi sostiene que para el gobierno es una prioridad absoluta la escuela. Esto significa que los profesores que siguen sin vacunarse, y que son 220 mil, no pueden eludir una obligación de seguridad colectiva que empeña a todos.
El gobierno también intenta aumentar el número de jóvenes vacunados a partir de los 12 años de edad. Más de la mitad de los italianos ya han sido vacunados, pero siguen en retardo más de dos millones de mayores de 60 años y millones de jóvenes que se quiere inocular.
Los estudiantes reclaman terminar con la experiencia de la Didáctica a Distancia, que los recluyó en sus hogares obligándolos a utilizar Internet. La experiencia ha sido negativa según los análisis educacionales, pero el general Francesco Figluolo, que comanda el plan de vacunaciones masivas, dijo hoy que para asegurar que este año escolar los alumnos puedan estar presentes en escuelas y colegios, será necesario que las clases comiencen con un mínimo del 60% de los alumnos de la enseñanza secundaria vacunados.
Más vacunas
La vacunación masiva en centenares de centros mantiene el promedio de 550 mil inyecciones diarias, pero la mayor parte sirven para aplicar las segundas dosis. En cambio baja el porcentaje de los que reciben las primeras dosis. Se teme que se pueda así debilitar el objetivo de lograr a fines de setiembre la inmunidad de protección de toda la sociedad italiana.
Los directores y rectores de escuelas y colegios secundarios piden que la vacunación de maestros, profesores y no docentes sea obligatoria. El que no se somete al pinchazo salvador, no puede entrar en las escuelas. Este reclamo produce fieras polémicas. Los partidos derechistas, con divisiones internas, sostienen que no se debe “aterroriza a la gente” e imponer medidas que violan las libertades personales.
Pero los industriales, agrupados en la central empresaria Confindustria, insistieron ayer en que el Pasaporte Sanitario debe ser exigido al ingreso de los trabajadores en las fábricas. El que no lo tiene, se queda sin trabajo y sin sueldo. Se asegura así la buena salud de los obreros y empleados.
Las discusiones en este caso han involucrado a los sindicatos obreros, que se oponen, pero que cuenta con el apoyo de fuertes sectores que consideran que la obligación de vacunarse es necesaria. Los sondeos demuestran que la mayoría de los italianos apoyan esta línea.
FUENTE: CLARIN