En el pasado, el progresista Justin Trudeau ha sido criticado por declarar publicamente que admira a la dictadura de China, porque aquello les permite hacer las cosas más rápido.
En un movimiento que ha generado un intenso debate sobre los límites de la libertad de expresión en línea, el gobierno canadiense dirigido por el progresista Justin Trudeau, ha presentado un proyecto de ley que ha despertado críticas y preocupaciones por su posible impacto en la sociedad y la democracia.
El Proyecto de Ley C-63, también conocido como la Ley de Daños en Línea, ha sido propuesto como una medida para abordar el discurso de odio y la promoción del genocidio en las redes sociales. Sin embargo, muchos críticos sostienen que la legislación propuesta va demasiado lejos y podría erosionar las protecciones fundamentales de la libertad de expresión.
Una de las disposiciones más controvertidas del proyecto de ley permitiría a los jueces imponer penas de prisión de por vida a los adultos que sean declarados culpables de promover el genocidio en línea. Esta medida ha suscitado preocupaciones sobre la proporcionalidad de las penas y el riesgo de que se pueda criminalizar la expresión de opiniones controvertidas o impopulares.
La reconocida autora Margaret Atwood ha sido una de las voces críticas más destacadas del proyecto de ley, calificándolo de «orwelliano» y señalando el peligro de que se produzcan acusaciones falsas y represión del pensamiento libre. Atwood advierte que la legislación podría allanar el camino para una sociedad en la que las opiniones divergentes sean silenciadas y castigadas por el estado.
Además de las preocupaciones sobre las posibles infracciones a la libertad de expresión, algunos críticos también han señalado la falta de claridad en los criterios utilizados para determinar lo que constituye un discurso de odio o la promoción del genocidio. Temen que esta ambigüedad pueda llevar a una aplicación arbitraria y sesgada de la ley, dejando a los ciudadanos vulnerables a la censura y la persecución por parte del gobierno.
En el pasado, el progresista Justin Trudeau ha sido criticado por declarar publicamente que admira a la dictadura de China, porque aquello les permite hacer las cosas más rápido.