La Administración Trump desafía a la ONU y rechaza el impuesto global al carbono: «No permitiremos que perjudiquen a los ciudadanos estadounidenses»

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado una ofensiva diplomática contra el nuevo intento de la ONU de imponer un impuesto global al carbono, que afectaría al comercio marítimo internacional. La Casa Blanca considera que se trata de una medida “punitiva y regresiva” que encarecería los costos de energía, transporte y alimentos en todo el mundo.

El secretario de Estado, Marco Rubio, publicó en el Wall Street Journal un artículo en el que dejó claro que Washington no reconocerá ni aplicará el impuesto propuesto por la Organización Marítima Internacional (OMI) —agencia dependiente de la ONU—.

«Esta semana, la ONU intentará aprobar el primer impuesto mundial al carbono. No permitiremos que perjudique a los ciudadanos y empresas estadounidenses. Bajo el liderazgo del presidente Trump, esto será un NO», afirmó Rubio, llamando a otras naciones a «defender la soberanía frente al intervencionismo global».

La OMI, con sede en Londres, pretende establecer tarifas de entre 100 y 380 dólares por tonelada métrica de CO₂ emitida por los buques que superen los límites fijados. Según estimaciones del propio organismo, la medida supondría un coste anual de entre 10.000 y 12.000 millones de dólares para el sector naviero y los países dependientes del comercio marítimo.

La Administración Trump respondió con firmeza: Estados Unidos impondrá sanciones económicas, restricciones de visado y tarifas portuarias adicionales a las embarcaciones y funcionarios vinculados a países que respalden la iniciativa climática. Además, el Gobierno republicano estudia penalizaciones directas a los responsables políticos y a las ONG internacionales que promuevan el nuevo régimen fiscal.

«Rechazamos inequívocamente este impuesto global. Es una violación de la soberanía de los Estados y un ataque a la economía productiva», declaró Sean Duffy, secretario de Transporte. Junto a Rubio y Duffy, el titular de Energía, Chris Wright, calificó la propuesta de la ONU como un intento de «crear un sistema global de sanciones financieras encubierto bajo el lenguaje del medio ambiente».

El comunicado conjunto de los ministros republicanos advierte que Estados Unidos «luchará con todas sus fuerzas» para proteger sus intereses económicos y energéticos, y recuerda a los países miembros de la OMI que «quienes apoyen este delirio climático deberán asumir las consecuencias».

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