Bajo la estrategia Zero Trust Security, la dicotomía entre medios tradicionales y alternativos podría dar paso a otra entre el pensamiento original humano y los algoritmos de censura gestionados a través de la inteligencia artificial.
Zero Trust Security (ZTS), o Seguridad de Confianza Cero, es un enfoque estratégico de ciberseguridad que elimina fundamentalmente el concepto de confianza de la arquitectura de red de una organización.
En un artículo titulado “Las mejores prácticas para implantar con éxito la seguridad de confianza cero“, la consultora de tecnología Isms.online escribe que la implantación de ZTS no sólo exige retos técnicos y estructurales, sino cambios culturales, monitoreo constante, acceso limitado, análisis del comportamiento de los usuarios, verificación continua y visibilidad en tiempo real, así como sobreponer la resistencia al cambio.
Isms.online está vinculada a la corona británica a través de Crown Commercial Service (CCS), que se dedica entre otras cosas a informar acerca de todo lo relacionado con las normas internacionales para gestionar la seguridad de la información.
De ahí que las implicaciones de la Estrategia de Confianza Cero deben interpretarse en relación a los objetivos geoestratégicos del orden unipolar anglo-estadounidense, como la adaptación de los medios de información a una Gran Narrativa única, y otras amenazas como el papel de la inteligencia artificial en dicha transformación.
Las élites que desean instaurar un gobierno mundial se caracterizan por manufacturar conflictos geoestratégicos y aprovechar catástrofes para impulsar su agenda. Por lo que el giro hacia una mayor vigilancia puede justificarse con el pretexto de una catástrofe, una guerra, una epidemia o una crisis en cascada.
La Estrategia de Confianza Cero (ZTS) reemplaza la internet abierta, exigiendo autenticación constante, cuya implementación se deriva de las leyes impuestas tras los auto-atentados del 11 de septiembre de 2001, que consideraban a todos los ciudadanos culpables a menos que pudieran demostrar lo contrario a la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) o al Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Esta tentativa se consolidó a partir de la crisis sanitaria de 2019. En 2020, al anunciar su Gran Reseteo en el Foro Económico Mundial de Davos, el entonces Príncipe Carlos de galés (hoy rey del Reino Unido), dijo que la crisis sanitaria del Covid era “una oportunidad de oro para…hacer que la gente sea más receptiva a las grandes visiones de cambio” y para “repensar y reajustar nuestras formas de vida”.
Desde entonces, la transformación profunda en el panorama mediático ha llevado a la censura creciente y al cierre de medios de comunicación alternativos y convencionales, así como la pérdida de 20,000 empleos en 2023.
El periodismo se está automatizando con modelos de aprendizaje automático, amenazando empleos de la clase media en sectores como la enseñanza, las finanzas, el comercio, la salud, el diseño y el periodismo.
La represión gubernamental, medidas de seguridad en línea y esfuerzos por “voces de confianza” podrían conducir a la homogeneización informativa y a la consolidación de narrativas impuestas por el establishment.
Todo esto plantea preguntas sobre el futuro mediático, el papel de la inteligencia artificial y el impacto en la democracia y la disidencia. Pues la dicotomía entre medios tradicionales y alternativos podría dar paso a otra entre el pensamiento original humano y los algoritmos de censura gestionados a través de la inteligencia artificial.