Los documentos de Pfizer demuestran los crímenes de Pfizer contra la humanidad

Hace dos días se publicó el libro, «The Pfizer Papers: Pfizer’s Crimes Against Humanity», y ya es un éxito de ventas. Se trata de un libro que tres gobiernos (Estados Unidos, Reino Unido y Australia) intentaron suprimir. La historia de cómo se hizo realidad es extraordinaria: 3.250 médicos y científicos altamente acreditados, bajo el liderazgo de Amy Kelly, trabajaron durante dos años en los 450.000 documentos internos de Pfizer que se hicieron públicos por orden judicial tras una demanda exitosa del abogado Aaron Siri. En el proceso, estos voluntarios confirmaron el mayor crimen contra la humanidad de todos los tiempos.

Los Documentos de Pfizer  son el resultado de un grupo de, personas con habilidades extraordinarias, ubicadas en diferentes lugares del mundo, que se unieron, sin dinero ni recompensa profesional alguna; por la bondad motivados por el amor a la verdadera medicina y la verdadera ciencia, para emprender un proyecto de investigación riguroso, dolorosamente detallado y complejo, que abarcó los años 2022 hasta el presente, y que continúa hasta el día de hoy.

El material que leyeron y analizaron comprendía 450.000 páginas de documentos, todos escritos en un lenguaje extremadamente denso y técnico.

Este proyecto de investigación, que se desarrolló sin descanso y que se llevó a cabo a gran escala (bajo el liderazgo de la directora de operaciones de DailyClout, Amy Kelly), puso de rodillas a una de las instituciones más grandes y corruptas del mundo, Pfizer. Este proyecto, impulsado por 3.250 desconocidos que trabajaron virtualmente y se convirtieron en amigos y colegas, llevó a un gigante farmacéutico mundial a perder miles de millones de dólares en ingresos. Frustró los planes de los políticos más poderosos del planeta. Eludió la censura de las empresas tecnológicas más poderosas del planeta.

Esta es la historia como la de David y Goliat

La historia comenzó cuando el abogado Aaron Siri demandó con éxito a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para obligarlos a publicar “Los documentos de Pfizer”. Se trata de documentos internos de Pfizer (como se señaló anteriormente, 450.000 páginas) que detallan los ensayos clínicos que Pfizer realizó en relación con su inyección de ARNm contra la COVID. Estos ensayos se llevaron a cabo para asegurar el premio máximo para una empresa farmacéutica, la “EUA” o Autorización de Uso de Emergencia de la FDA. La FDA otorgó la EUA para mayores de 16 años a Pfizer en diciembre de 2020.

La “pandemia”, involucró datos de “infecciones” exagerados y manipulados y documentación de mortalidad sesgada) se convirtió en el pretexto para la “urgencia” que llevó a la FDA a otorgar la EUA al nuevo fármaco de Pfizer (y Moderna). La EUA es, esencialmente, el pase libre, que permite a Pfizer competir directamente en el mercado con un producto que no ha sido completamente probado.

Los documentos de Pfizer  también contienen documentación de lo que sucedió en la fase “poscomercialización”, es decir, en los tres meses, de diciembre de 2020 a febrero de 2021, mientras se distribuía la vacuna entre el público. Todos los portavoces principales y los medios de comunicación comprados calificaron la inyección de “segura y eficaz”, leyendo lo que era un guión centralizado y usando un termino muy confuso como el «riesgo relativo«, cuando en realidad tendrían que haber informado el riesgo absoluto.

https://www.bitchute.com/video/7UcxG0aQ3xsq

Muchas personas que se pusieron esta inyección, cuando se lanzó en 2020-2021-2022 y hasta el presente, no se dieron cuenta de que las pruebas normales de seguridad de una nueva inyección (pruebas que suelen tardar entre diez y doce años) simplemente se habían pasado por alto mediante los mecanismos de un «estado de emergencia» y la «Autorización de uso de emergencia» de la FDA.

No entendieron que no había «pruebas» reales y que Pfizer y la FDA callaron lo que les estaba sucediendo a ellos y a sus seres queridos, después de que estos ciudadanos se arremangaron y se sometieron a la inyección. Nunca podremos olvidar, que muchas de estas personas que se sometieron a la inyección fueron «obligadas» a ponérsela, enfrentándose a la amenaza de perder el trabajo, suspender su educación o perder sus puestos militares si se negaban; en algunos estados de EE. UU. y países extranjeros, las personas también se enfrentaron a la suspensión de sus derechos a utilizar el transporte, cruzar fronteras, ir a la escuela o la universidad, recibir ciertos procedimientos médicos o ingresar a edificios como iglesias y sinagogas, restaurantes y gimnasios, si se negaban.

La FDA le pidió al juez que interpuso el caso Aaron Siri que retuviera la divulgación de los documentos de Pfizer durante setenta y cinco años. ¿Por qué querría una agencia gubernamental ocultar cierto material hasta que la generación actual, la afectada por lo que contienen estos documentos, haya muerto y desaparecido? No puede haber una buena respuesta a esa pregunta.

Afortunadamente para la historia, y afortunadamente para millones de personas cuyas vidas fueron salvadas por esta decisión, el juez rechazó la solicitud de la FDA y obligó a publicar los documentos; una tanda de 55.000 páginas por mes.

Para entender los informes, uno necesitaría tener conocimientos de inmunología, estadística, bioestadística, patología, oncología, medicina deportiva, obstetricia, neurología, cardiología, farmacología, biología celular, química y muchas otras especialidades. Además de médicos y científicos, para entender lo que realmente estaba sucediendo en los documentos de Pfizer, también se necesitarían personas con profundos conocimientos sobre los procesos regulatorios del gobierno y la industria farmacéutica; se necesitarían personas que entendieran el proceso de aprobación de la FDA; se necesitarían especialistas en fraude médico y, finalmente, para entender qué delitos se cometieron en los Documentos, se necesitarían abogados.

Sin personas con todas esas habilidades leyendo los documentos, su volumen y complejidad sería imposible de analizar claramente.

Los organizadores Steve Bannon y la Dra. Naomi Wolf que ya habia denunciado una señal de peligro grave y efectos secundarios que afectaría a la fertilidad fueron censurados en Twitter, Facebook, YouTube y otras plataformas. Los atacaron a nivel mundial, de golpe, como «antivacunas» y «teóricaos de la conspiración» una etiqueta clasica usada por la CIA desde sus comienzos.

En realidad fue la Casa Blanca, los CDC y los altos dirigentes de otras agencias gubernamentales, incluido el Departamento de Seguridad Nacional, los que presionaron ilegalmente a Twitter y Facebook para que eliminaran los tuits de advertencia. Esta supresión ahora es objeto de una decisión pendiente de la Corte Suprema sobre si violó o no la Primera Enmienda).

En ese momento Steve Bannon, invitó a  WarRoom  a la Dra. Wolf y ella pudo expresar sus preocupaciones sobre la salud reproductiva de las mujeres a raíz de la inyección de ARNm.

El sitio de Wolf, DailyClout se vio inundado de ofertas de todo el mundo, de  oyentes de WarRoom  con las habilidades necesarias para descifrar los documentos de Pfizer. De pronto ella tenía gente excelente en su equipo, 3.250 expertos en un organigrama que pudiera trabajar sistemáticamente con estos documentos. Pero los correos electrónicos se enredaban o quedaban sin respuesta. La gente hacía preguntas que no podían responder. Fue complejo armar la estructura para permitir que una cantidad tan grande de expertos dispares trabajaran con el vasto material.

Entonces ocurrió algo que sólo se puede describir como providencial. Hicieron un llamado a los voluntarios para que contrataran a un gerente de proyectos y Amy Kelly se puso en contacto con nosotros. La Sra. Kelly es una gerente de proyectos certificada Six Sigma, con una amplia experiencia en gestión de proyectos de telecomunicaciones y tecnología. El día que puso la mano sobre el caos de las bandejas de entrada, las aguas se calmaron. La paz y la productividad prevalecieron. Kelly organizó sin esfuerzo a los voluntarios en seis grupos de trabajo, con un supracomité a la cabeza de cada uno, y comenzó el trabajo propiamente dicho.

En los dos años que han pasado desde que Kelly y los voluntarios han trabajado juntos, han revisado 2.369 documentos y archivos de datos que suman cientos de miles de páginas y han emitido casi cien informes. Los voluntarios usaron un lenguaje que todos pudieran entender y Kelly revisó y editó meticulosamente casi todos ellos.

Los primeros cuarenta y seis informes aparecieron en un formato de publicación propia que pusieron a disposición del público. Lo hicieron en un formato impreso, no solo digital, ya que querían que la gente pudiera entregar a sus médicos, a sus seres queridos y a sus representantes en el Congreso.

Pfizer sabía, tres meses después de su lanzamiento en diciembre de 2020, que las inyecciones no funcionaban

Pfizer sabía, tres meses después de su lanzamiento en diciembre de 2020, que las inyecciones no funcionaban para detener la COVID-19. Usando las palabras de Pfizer dijeron: “falla de la vacuna” y “falta de eficacia”. Uno de los “eventos adversos” más comunes en los documentos de Pfizer es “COVID-19”.

https://www.bitchute.com/video/roeNC3MBCLT4

Pfizer sabía que los materiales de la inyección (nanopartículas lipídicas, una grasa industrial, recubiertas de polietilenglicol, un subproducto del petróleo; ARN mensajero; y proteína pico o Spike) no se quedaban en el músculo deltoides, como afirmaban todos los portavoces, sino que se dispersaban por todo el cuerpo en cuarenta y ocho horas “como un disparo de escopeta”, como dijo uno de los autores, el Dr. Robert Chandler; atravesaban todas las membranas del cuerpo humano (incluida la barrera hematoencefálica) y se acumulaban en el hígado, las glándulas suprarrenales, el bazo, el cerebro y, si se es mujer, en los ovarios. El Dr. Chandler no vio ningún mecanismo por el cual esos materiales salieran del cuerpo, por lo que cada inyección parece acumular más de esos materiales en los órganos.

Pfizer contrató a 2.400 empleados a tiempo completo para ayudar a procesar “el gran aumento de informes de eventos adversos” que se envían a la base de datos de seguridad mundial de la compañía.

Pfizer sabía en abril de 2021 que las inyecciones dañaban los corazones de los jóvenes.

El 28 de febrero de 2021, apenas noventa días después de la distribución pública de su inyección contra COVID, Pfizer ya sabía que su inyección estaba relacionada con una gran cantidad de efectos adversos. Lejos de ser “escalofríos”, “fiebre” o “fatiga”, como afirmaron los CDC y otras autoridades que eran los efectos secundarios más preocupantes, los efectos secundarios reales fueron catastróficamente graves.

A pesar de los 85.316 muertos y 6.845.391 efectos adversos reportados entre EE.UU. y Europa  luego de la inyección K0 B1T  hasta marzo del 2023, se seguia inoculando contra Covid con estas inyecciones génicas experimentales mal llamadas vacunas.

En mayo del 2021 esta cifra era 5 veces menor. Hubo 15.696 muertes y 1.379.654 efectos adversos reportados.

Sólo EE.UU y Europa20212023
Muertes15.69685.316
Efec. Adversos1.379.6546.845.391

Muertes y Efect. Adversos reportados en VAERS y Eudravigilance Ver Fuente año 23 – Fuente año 21

En la investigación posterior a la comercialización en los propios documentos de Pfizer, se registraron 1.223 muertes sin precedentes, después de la inyección en menos de 90 días. Con esta cantidad de muertes, la inyección debería haberse retirado inmediatamente del mercado en diciembre de 2020. https://phmpt.org/wp-content/uploads/2022/04/reissue_5.3.6-postmarketing-experience.pdf , (página 7, Table 1)

(página 7, Tabla 1)  https://phmpt.org/wp-content/uploads/2022/04/reissue_5.3.6-postmarketing-experience.pdf

Entre estos efectos secundarios se encuentran la muerte (que Pfizer sí incluye como “evento adverso grave”). Como vemos en el gráfico arriba, se produjeron más de 1233 muertes en los primeros tres meses de comercialización del supuesto medicamento.

La inyección contra Covid causó cientos de efectos graves: lesión hepática; eventos adversos neurológicos; parálisis facial; lesión renal; enfermedades autoinmunes; sabañones (una forma localizada de vasculitis que afecta los dedos de las manos y de los pies); síndrome de disfunción orgánica múltiple (cuando más de un sistema orgánico falla a la vez); activación de infecciones latentes por herpes zóster; lesiones en la piel y las membranas mucosas; problemas respiratorios; estructura pulmonar dañada; insuficiencia respiratoria; síndrome de dificultad respiratoria aguda (una lesión pulmonar en la que el líquido se filtra de los vasos sanguíneos al tejido pulmonar, lo que causa rigidez que dificulta la respiración y causa una reducción del intercambio de oxígeno y dióxido de carbono); y SARS (o SARS-CoV-1, que no se había visto en el mundo desde 2004, pero aparece en los documentos de Pfizer como un efecto secundario de las inyecciones).

Se registraron miles de personas con dolor articular de tipo artrítico, uno de los efectos secundarios más comunes. Otros miles con dolor muscular, el segundo más común. Luego, enfermedades de la sangre a escala industrial: coágulos sanguíneos, coágulos pulmonares, coágulos en las piernas; trombocitopenia trombótica, una enfermedad de coagulación de los vasos sanguíneos; vasculitis (la destrucción de los vasos sanguíneos por inflamación); tasas astronómicas de trastornos neurológicos: demencias, temblores, Parkinson, Alzheimer, epilepsias. Terribles afecciones de la piel. Una plétora florida de problemas cardíacos: miocarditis, pericarditis, taquicardia, arritmia, etc. La mitad de los eventos adversos graves relacionados con el hígado, incluida la muerte, se produjeron dentro de las setenta y dos horas posteriores a la inyección. La mitad de los accidentes cerebrovasculares se produjeron dentro de las cuarenta y ocho horas posteriores a la inyección.

Pero lo que realmente surgió de los primeros cuarenta y seis informes fue el hecho de que, aunque el COVID es aparentemente una enfermedad respiratoria, los artículos no se centraban en los pulmones o las membranas mucosas, sino que se centraban, de manera inquietante y constante, en la alteración de la reproducción humana.

https://cienciaysaludnatural.com/compendio-de-estudios-de-expertos-para-eximir-a-sus-hijos-de-las-vacunas/

Cuando la inyección de Pfizer se puso a disposición del público, el gigante farmacéutico sabía que mataría bebés y dañaría significativamente la reproducción de mujeres y hombres. El material de los documentos deja en claro que dañar la capacidad de los seres humanos para reproducirse y causar abortos espontáneos de bebés «no es un error, es una característica».

Pfizer les dijo a los hombres vacunados que usaran dos métodos anticonceptivos confiables o que se abstuvieran de tener relaciones sexuales con mujeres en edad fértil. En su protocolo, la compañía definió la “exposición” a la inyección como el contacto piel con piel, la inhalación y el contacto sexual.

Pfizer apareó ratas hembras vacunadas y ratas macho “no tratadas”, y luego examinó a esos machos, hembras y sus crías en busca de “toxicidad” relacionada con la vacuna. Basándose en solo cuarenta y cuatro ratas (y ningún humano), Pfizer no declaró resultados negativos para “… el desempeño del apareamiento, la fertilidad o cualquier parámetro ovárico o uterino… ni en la supervivencia, el crecimiento o el desarrollo embriofetal o posnatal”, lo que implica que su inyección COVID era segura durante el embarazo y no dañaba a los bebés.

Pfizer sabía desde hace años que las nanopartículas lipídicas degradan los sistemas sexuales, y Amy Kelly descubrió que las nanopartículas lipídicas, de las que las nanopartículas lipídicas son un subtipo, atraviesan la barrera hematoencefálica y dañan las células de Sertoli, las células de Leydig y las células germinales de los varones.

https://www.bitchute.com/video/Yo6aQ4cuPp9N

Esas son las fábricas de la masculinidad, que afectan a las hormonas que convierten a los chicos en adolescentes en hombres, con voces profundas, hombros anchos y la capacidad de tener hijos. Por lo tanto, no tenemos idea de si los bebés varones nacidos de madres vacunadas se convertirán en adultos reconociblemente masculinos y fértiles.

Pfizer enumeró los daños menstruales que sabía que estaba causando a miles de mujeres, y los daños van desde mujeres que sangran todos los días, hasta tener dos períodos al mes, o ningún período en absoluto; mujeres que sufren hemorragias y expulsan tejido; hasta mujeres menopáusicas y posmenopáusicas que comienzan a sangrar de nuevo. Los científicos de Pfizer observaron y anotaron todo con calma, pero no se lo dijeron a nadie.

Los bebés sufrieron y murieron. En una sección de los documentos, más del 80 por ciento de los embarazos posteriores terminaron en aborto espontáneo. En otra sección de los documentos, dos bebés recién nacidos murieron y Pfizer describió la causa de la muerte como “exposición materna” a la inyección.

Pfizer sabía que los materiales de la inyección entraban en la leche materna de las madres vacunadas y envenenaban a los bebés. La leche materna de cuatro mujeres se volvió “azul verdosa”. Pfizer elaboró ​​un cuadro de bebés enfermos, que enfermaron por la lactancia materna de madres vacunadas, con síntomas que iban desde fiebre hasta edema (inflamación de la piel), urticaria y vómitos. Un pobre bebé tuvo convulsiones y fue llevado a urgencias, donde murió por una insuficiencia multiorgánica.

A continuación, mencionamos 36 informes que encontrarán en este libro. Algunos de los titulares de los informes que aparecen a continuación son:

El 28 de febrero de 2021, Pfizer publicó una “Revisión acumulativa del embarazo y la lactancia” que muestra que después de la vacunación de las madres con su inyecciones: o Se produjeron eventos adversos en más del 54 % de los casos de “exposición materna” a la inyección e incluyeron 53 informes de aborto espontáneo (51)/aborto (1)/aborto no detectado (1) después de la vacunación.

o Se produjeron casos de partos y nacimientos prematuros, así como dos muertes de recién nacidos.

o Algunos recién nacidos sufrieron dificultad respiratoria grave o “enfermedad” después de la exposición a través de la leche materna.

Se produjeron caídas “sustanciales” en la tasa de natalidad en 13 países: países de Europa, así como Gran Bretaña, Australia y Taiwán, dentro de los nueve meses posteriores a la implementación de la inyección.

Aproximadamente el 70 % de los eventos adversos relacionados con la inyección de Pfizer ocurren en mujeres.

La proteína Spike y la inflamación todavía estaban presentes en el tejido cardíaco un año después de recibir la inyección de ARNm contra COVID.

En el ensayo clínico de Pfizer, hubo más muertes entre los vacunados que entre los participantes que recibieron placebo. Sin embargo, Pfizer presentó a la FDA datos inexactos que mostraban más muertes en el grupo placebo cuando solicitó la autorización de uso de emergencia.

Los bebés y niños menores de doce años recibieron la inyección de Pfizer siete meses antes de la aprobación de una inyección pediátrica, lo que dio como resultado:

  • Ataque.
  • o Parálisis facial.
  • o Lesión o insuficiencia renal.

Hubo un aumento de más de 3,7 veces en el número de muertes debido a eventos cardiovasculares en los sujetos vacunados del ensayo clínico en comparación con los sujetos placebo.

La inyección que Pfizer distribuyó al público era diferente a la fórmula utilizada en la mayoría de los participantes del ensayo clínico, y el público no fue informado de ello.

Los análisis histopatológicos (tinción de tejidos para mostrar estados de enfermedad) muestran evidencia clara de patología autoinmune inducida por la inyección en múltiples órganos; erosión de los vasos sanguíneos, el corazón y los vasos linfáticos causada por la proteína Spike; amiloides en múltiples tejidos; cánceres inusuales y agresivos; y formaciones de «coágulos» atípicos.

Después de la vacunación, los pacientes más jóvenes comenzaron a presentar cánceres; los tumores eran más grandes y crecían de manera más agresiva y rápida que los cánceres anteriores a la inoculación masiva de las poblaciones; la aparición cotemporal (la aparición de más de un cáncer al mismo tiempo) de cánceres se volvió más común, una situación que era típicamente muy inusual antes del lanzamiento de las inyecciones de ARNm. El crecimiento de los tumores benignos se aceleró.

Para el 12 de marzo de 2021, los investigadores de Pfizer vacunaron a casi todo el grupo (la cohorte) que recibió el placebo (no vacunado) del ensayo, aunque Pfizer se había comprometido previamente a realizar un seguimiento tanto de la cohorte de vacunados como de la de placebo durante dos años. Inmediatamente después de recibir la Autorización de Uso de Emergencia, Pfizer presionó a la FDA para que les permitiera vacunar a la cohorte de no vacunados por razones «humanitarias». La vacunación del grupo de placebo puso fin a la posibilidad de realizar estudios de seguridad a largo plazo.

Los casos de autoinmunidad notificados al Sistema de notificación de eventos adversos de las vacunas (VAERS) aumentaron 24 veces entre 2020 y 2021, y las muertes anuales relacionadas con la autoinmunidad aumentaron 37 veces en el mismo período de tiempo.

En la presentación de datos y documentos de autorización de uso de emergencia de Pfizer de octubre de 2021 para niños de cinco a once años, los investigadores de Pfizer especularon por escrito que los daños subclínicos se manifestarían en los pacientes a largo plazo, lo que implica que las dosis continuas con daños subclínicos eventualmente se manifestarían como daños clínicos.

En estudios de prueba, la inyección de ARNm contra COVID-19 de Moderna dañó la reproducción de los mamíferos, lo que resultó en un 22 % menos de embarazos, malformaciones esqueléticas y problemas de lactancia.

En los primeros 3 meses de la aplicación de la inyección de ARNm contra COVID-19 de Pfizer, se produjeron cientos de casos de posible intensificación de la enfermedad asociada a la inyección (VAED, por sus siglas en inglés). Los portavoces de salud pública minimizaron su gravedad al llamarlos «casos de COVID-19 de avance».

Pfizer ocultó ocho muertes de vacunados que ocurrieron durante el ensayo clínico para que sus resultados parecieran favorables para recibir la EUA para mayores de 16 años.

Las fuerzas más poderosas del mundo, incluida la Casa Blanca, el personal del propio presidente de los Estados Unidos; la Dra. Rochelle Walensky de los CDC; el director de la FDA, el Dr. Robert M. Califf; el Dr. Anthony Fauci; Twitter y Facebook; los medios tradicionales, incluidos el  New York Times , la BBC, The  Guardian  y NPR; OfCom, la agencia reguladora de los medios británica; organizaciones profesionales como el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, y la Agencia Europea de Medicamentos, el equivalente europeo de la FDA, y la Administración de Productos Terapéuticos, el equivalente australiano de la FDA, todos buscaron suprimir esta información .

Sin embargo, a pesar de la campaña de censura y represalia más poderosa lanzada en la historia de la humanidad (que se volvió más poderosa que las campañas anteriores por los efectos amplificadores de las redes sociales y la IA), los hallazgos de estos voluntarios finalmente no fueron suprimidos y sobrevivieron en los medios alternativos como CienciaySaludNatural.com y Medicos por la Verdad, Childrenshealthdefense.org/defender, el sitio DailyClout.io y otros; para ser compartidos de boca en boca, salvando millones de vidas.

¿qué papel ha desempeñado esta información para detener el mayor crimen jamás cometido contra la humanidad?

Lo peor esta sucediendo. Las discapacidades han aumentado en un millón al mes en Estados Unidos, según el exgestor de fondos de cobertura de BlackRock, Edward Dowd. El exceso de muertes ha aumentado considerablemente en Estados Unidos y Europa occidental.

Las tasas de natalidad se han desplomado, según el matemático Igor Chudov (y el investigador voluntario de WarRoom/DailyClout, el Dr. Robert Chandler), entre un 13 y un 20 por ciento desde 2021, según bases de datos gubernamentales. Los atletas están muriendo . Los cánceres turbo están aumentando. Los médicos convencionales pueden estar “desconcertados”, esta información no les llega porque los medios masivos son cómplices de los Laboratorios. EL grupo Vanguard-BlackRock son dueños de los laboratorios y tambien de todos los medios masivos , de Google, Youtube, FB, son los contratistas principales del Pentagono, este ultimo, via el Dpto. de Defensa de EE.UU., estuvo coordinado toda la falsa pandemia.

Nuestro incansable esfuerzo por hacer llegar esta información al mundo, de forma irreprochable, ha dado finalmente sus frutos. La aceptación de las inyecciones de refuerzo es ahora del 4 por ciento. Muy pocas personas «reforzaron» a sus hijos. La mayoría de las universidades de Estados Unidos retiraron sus «mandatos» de vacunación. Los ingresos netos de Pfizer cayeron en el primer trimestre de 2024 a los niveles anteriores a 2016.

La BBC tuvo que informar que las lesiones por inyecciones son reales, al igual que el  New York Times . AstraZeneca, una vacuna COVID configurada algo diferente en Europa, fue retirada del mercado en mayo de 2024, tras demandas relacionadas con trombocitopenia trombótica (un efecto secundario sobre el que nuestra voluntaria de investigación, la Dra. Carol Taccetta, había informado a la FDA por carta en 2022), y la Agencia Europea de Medicamentos retiró notablemente su EUA para AstraZeneca. Tres días después de se publicó este informe que mostraba que la FDA y los CDC habían recibido la “Revisión acumulativa de embarazo y lactancia” de ocho páginas que confirmaba que la Dra. Walensky sabía sobre la letalidad de la vacuna cuando realizó su conferencia de prensa diciendo a las mujeres embarazadas que se pusieran la inyección, la Dra. Walensky renunció.

Debemos compartir la verdad, porque la verdad salva vidas !

Agradecemos a los voluntarios, 3.250 desconocidos de todo el mundo que se unieron en el amor a la verdad y a sus semejantes. Agradecemos a nuestros doscientos abogados, que nos ayudaron a acceder a los correos electrónicos de la FOIA de los CDC y nos ayudaron a comprender los delitos que estábamos viendo en las páginas siguientes.

Muchas personas nobles han sufrido ostracismo, pérdida de empleo, marginación y otras penalidades como consecuencia de su compromiso con la ciencia real, la medicina real y la tarea de difundir la verdad para salvar a sus semejantes y a generaciones aún no nacidas.

La batalla continúa. Nadie que haya cometido este crimen masivo contra la humanidad está en la cárcel, ni siquiera enfrenta cargos civiles o penales.

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