Aunque la Biblia menciona explícitamente el fin del mundo y la segunda venida de Cristo, el Papa Francisco interpreta estos eventos de manera diferente. Según el Papa, el fin del mundo no debe ser visto como un evento físico, sino como una invitación a la conversión y a vivir en comunión con Dios. Para él, el verdadero significado del fin del mundo está relacionado con la transformación del corazón humano. En este sentido, el Papa Francisco ha instado a las personas a dejar atrás el egoísmo, la avaricia y la indiferencia hacia los demás, promoviendo la justicia social.
El pontífice enfatiza que el verdadero fin del mundo radica en el odio, la injusticia y la indiferencia, y que, a través del amor y la fe, es posible crear un mundo nuevo y mejor para todos, sin necesidad de un apocalipsis bíblico.
Además, el Papa Francisco ha instado a toda la humanidad a cuidar la Tierra como un hogar común, advirtiendo que la destrucción del “medio ambiente” podría precipitar un fin del mundo.
El Papa ha aprovechado la oportunidad para llamar a la acción, instando a las personas a actuar con responsabilidad y amor hacia los demás y hacia el planeta. Ha subrayado que «cada acción cuenta» y que, mediante la fe y las buenas obras, es posible construir un futuro mejor para todos.
