El congresista de Renovación Popular se refirió a las vacunas contra la COVID-19 luego de mostrarse en contra de restringir el acceso a espacios cerrados a personas no inmunizadas. Sus declaraciones fueron sometidas al fact-checking de RPP Verifica.
El congresista de Renovación Popular Alejandro Muñante presentó un oficio a la Presidencia del Consejo de Ministros cuestionando la medida del uso de carnet de vacunación como requisito para acceder a espacios cerrados. En entrevista con «Ampliación de Noticias», el también vocero del partido opinó que «se estarían violando derechos constitucionales».
Durante su argumentación, Alejandro Muñante aseguró que hay gente que aún tiene dudas sobre la eficacia de las vacunas contra la COVID-19. «A lo que yo me refiero en el oficio es a los jóvenes (…) se han visto vulnerados en el derecho al trabajo, el derecho a la libertad de consciencia, porque también hay que ser conscientes de que esta es una vacuna experimental».
Sus declaraciones fueron sometidas a verificación.
Información a verificar: las vacunas que se usan contra la COVID-19 son experimentales.
Resultado: FALSO
[1] El Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos señala que las etapas de desarrollo de nuevas vacunas incluyen una fase exploratoria, una preclínica, una de desarrollo clínico, y otras de aprobación, manufactura y control de calidad. El inmunólogo Jorge More Bayona comenta a RPP Noticias que para la elaboración de una vacuna, primero se identifica al agente que causa una enfermedad.
Luego se pasa a estudios de laboratorio donde se determinan las características de este agente. Con esta información se pasa a desarrollar ensayos en animales de experimentación. Todo esto dentro de un marco de ensayos preclínicos, porque no implica exámenes en humanos. «Con resultados promisorios en este nivel, pasamos a la experimentación en humanos, una etapa que se denomina ensayos clínicos. Aquí entran las fases para determinar la seguridad del producto, que la administración de la candidata a vacuna genere respuesta inmunológica; y que genere protección en los individuos», sostiene.
Luego, quienes elaboran estos ensayos aplican a entidades reguladoras internacionales para recibir la aprobación de uso, después de la evaluación de grupos de expertos. Ellos confirman que la candidata a vacuna sea segura, genere inmunidad y protección. Luego de eso, se da autorización de uso. En el contexto de la pandemia, de uso de emergencia. Y ya se está comenzando a dar autorizaciones completas.
«Una vez que las vacunas tienen la autorización, la candidata pasa a llamarse vacuna», afirma More Bayona.
[2] Esto se reafirma en el artículo publicado por el médico investigador Percy Mayta-Tristán en la Revista Peruana de Medicina Experimental y Salud Pública. Ahí, Mayta-Tristán hace un estudio del uso de un producto en investigación fuera de un ensayo clínico, específicamente estudia el caso ‘Vacunagate’. Ahí hace la diferencia entre una vacuna experimental y una vacuna aprobada: al referirse a aquellos que se vacunaron antes de que la vacuna experimental estuviera aprobada y disponible como vacuna para su uso de emergencia en el Perú.
En resumidas cuentas, cuando la vacuna se encontraba en etapa de ensayos clínicos (como en el momento en que se realizó el ‘Vacunagate’) sí era una vacuna experimental. Incluso nos referíamos a ella como «candidata a vacuna». Luego, cuando recibió la aprobación para su uso de emergencia en el Perú, dejó de ser una vacuna «experimental», tras conocer en los resultados de las pruebas su eficacia. Por ello la afirmación del congresista es falsa.
FUENTE: RPP