El Vaticano comunicó que la Iglesia Católica abre «la posibilidad de bendecir» a parejas homosexuales. El anuncio se enmarca en las diferentes iniciativas de caracter «progresista» que han caracterizado al papado de Francisco.
La controvertida declaración fue publicada por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que se encuentra dirigida por el polémico cardenal argentino Víctor Manuel Fernández.
Tratando de «calmar» a los sectores tradicionales de la iglesia, el prefecto aclaró que esta bendición no convalida oficialmente el «status» de estas parejas ni altera las enseñanzas católicas fundamentales sobre el matrimonio.
En otras palabras, el Papa Francisco dio el «ok» para que los sacerdotes puedan bendecir a parejas homosexuales aclarando que estos actos no se pueden equiparar con la celebración de una boda.
Puntualmente, se sugiere que estas bendiciones se den en lugares informales como santuarios, hospitales o peregrinaciones y que no se utilicen «vestimentas, gestos o palabras propias de un matrimonio».
La postura «progresista» del Papa Francisco ha encontrado cada vez más resistencia tanto por fuera como por dentro de la Iglesia Católica. De hecho, algunos reconocidos sacerdotes y arzobispos han sido separados de sus cargos por criticar esta posición del Sumo Pontífice.
Uno de los últimos en ser destituidos fue Joseph Strickland, quien tuvo que dejar su cargo en la diócesis de Tyler, Texas, en el mes de noviembre. El obispo conservador no estaba implicado en ningún escándalo. Su única «transgresión» había sido ser crítico del Papa, en cuanto a sus posturas progresistas que se alejaban del catolicismo ortodoxo.