Un canadiense transexual postoperado ha solicitado que el sistema de salud social le proporcione una inyección letal de suicidio asistido para terminar con el sufrimiento y el dolor a largo plazo producido por una cirugía para fabricar una “neo-vagina”.
Lois Cardinal, quien se autodenomina “transexual postoperado esterilizado de las Primeras Naciones”, expresó su inmenso pesar por una cirugía de 2009 para crear una vagina de imitación a partir de un pene invertido, diciendo que la eutanasia sería preferible al dolor constante de la nueva operación. Las secuelas de la cirugía a menudo dejan a muchos con dolor, y la “neovagina” resultante es efectivamente una herida abierta que debe dilatarse diariamente para evitar que se cierre.
Hablando con el Daily Mail , Cardinal dijo : “Estoy en constante incomodidad y dolor… Me está suponiendo una carga psicológica. Si no puedo acceder a la atención médica adecuada, no quiero seguir haciendo esto”.
Cardinal solicitó el programa de eutanasia MAiD (asistencia médica para morir) de Canadá, sin embargo, a pesar de que el sistema de salud socializado progresivo es uno de los más liberales en proporcionar suicidio asistido, el residente de Alberta de 35 años inicialmente fue rechazado.
“Según la información clínica y las consultas actuales, [el paciente] no cumple con los criterios MAiD actuales”, escribió el médico.
En documentos médicos publicados por Cardinal en las redes sociales, un médico escribió que “según la información clínica actual y las consultas [el paciente] no cumple con los criterios MAiD actuales”.
Se cree que la persona transexual no calificó para el programa de eutanasia, que está abierto a quienes padecen enfermedades incurables o discapacidades, ya que existen opciones para mitigar el dolor de la cirugía de cambio de sexo.
Según los opositores, el caso ha demostrado los peligros no solo de la cirugía transgénero, sino también de la liberalización de las leyes de eutanasia en Canadá en 2021, que ha abierto el camino para un récord estimado de 13.500 suicidios respaldados por el estado el año pasado, frente a los 10.064 en 2021. Los activistas han expresado su preocupación de que más personas como Cardinal solicitarán el programa en lugar de los pacientes tradicionalmente con enfermedades terminales.
Cardinal argumentó que la eutanasia es la única opción que queda, ya que la crema anestésica recetada no alivió el dolor causado por la ‘vagina’ construida quirúrgicamente.
“No estoy mejorando y tampoco estoy experimentando una mejor atención médica, ni ninguna atención médica”, dijo Cardinal. “Está tan capturado por las ideologías de género, que se preocupan más por mis pronombres”.
El transexual posoperatorio se ha convertido en un crítico activo de la ideología LGBT radical y ha advertido que los niños y otros canadienses vulnerables, incluida la comunidad nativa de Cardinal, son susceptibles de “caer presa de una tendencia que está medicalizada”.
“No estoy de acuerdo con la retórica actual de la comunidad trans”, dijo Cardinal. “Mucho del llamado odio trans es alimentado por la comunidad trans porque no se nos permite tener conversaciones honestas y duras”.
Este mes, investigadores de la Universidad de Florida y Brooks Rehabilitation publicaron un estudio que afirmaba que cuatro de cada cinco (81 por ciento) de las personas que se sometieron a una cirugía genital de cambio de sexo en los últimos cinco años experimentaron dolor prolongado después de la cirugía. También encontraron que el 57 por ciento informó que las relaciones sexuales fueron una experiencia dolorosa después de su cirugía.
