Xi Jinping, presidente de la República Popular de China y secretario del Partido Comunista Chino (PCCh), ha sido el invitado de honor en la 51º Edición del Foro Económico Mundial, también conocido como Foro de Davos. El mandatario comunista ha inaugurado la cumbre virtual con un discurso triunfalista y un manual de deberes y órdenes dirigidas a los líderes mundiales. El presidente chino ha presumido de ser la única economía que ha crecido en mitad de la pandemia del coronavirus y ha advertido que «el mundo ya no será como antes».
Pese a que el gobierno chino ocultó el virus desde principios de enero de 2020 a la comunidad internacional, dejó que volarán aviones durante dos meses desde China al resto del mundo, transportando enfermos contagiados, y desabasteció de mascarillas a numerosos países europeos y americanos, mientras la covid-19 se expandía, ninguno de los líderes mundiales le ha recriminado nada a Xi Jinping. Es más, algunos casi se ponen de rodillas ante el presidente chino, como es el caso del fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab.
Este economista y empresario alemán de ideas izquierdistas ha alabado al secretario general del PCCh y, en su presentación, ha destacado las políticas económicas de China y su gestión del coronavirus. «Tenemos que comenzar una nueva era global y contamos con usted. Muchas gracias, señor presidente, por esta declaración de principios y por recordarnos que somos parte de una comunidad global que comparte el mismo futuro común», ha señalado el fundador del Foro dirigiéndose a Jinping.
En un contexto tan favorable, el líder comunista ha dejado claro que China ha salido vencedora de la tragedia sanitaria mundial y ha instado a los países a seguir su ejemplo. «En China estamos siguiendo el camino hacia un país socialista moderno. Ahora, desempeñaremos un papel más activo para fomentar una globalización económica mundial que sea más abierta, inclusiva, equilibrada y beneficiosa para todos», ha pronunciado el líder del PCCh desde su despacho en Pekín.
China se declara victoriosa de una pandemia que se expandió por su ocultamiento y, no olvidemos, contó con el encubrimiento inicial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se negó a escuchar el aviso de Taiwán el 31 de diciembre de 2019, tal y como afirma el gobierno de la isla. El propio embajador taiwanés en España, José María Liu, denunció esta situación a Libertad Digital en una video-entrevista.
China se fortalece y eleva la represión
Y mientras Occidente ha visto sus economías desplomarse, el PIB del gigante asiático ha crecido un 2,3% en 2020, consolidándose como el único país del G-20 que ha visto su economía prosperar en medio de la pandemia. Su posición de fortaleza ha hecho que Xi Jinping haya lanzado un mensaje inquietante: «No debe haber países uno por encima del otro. No debe haber jerarquía. Ni debe haber un país que imponga sus normas sobre los demás. De lo contrario, volveremos a la ley de la selva. Debemos dejar de imponer unos sistemas sociales y culturales por encima de otros», ha especificado. Sin embargo, China está lejos de ser un lugar que preserva las libertades de los ciudadanos.
Organismos como Amnistía Internacional denuncian que el gobierno de Xi Jinping ha elevado la represión y han aumentado las detenciones y encarcelamientos de los disidentes en Hong Kong. Igualmente, numerosos médicos, científicos y periodistas huidos del régimen comunista han informado de los secuestros y muertes de aquellos que desafiaron al PCCh y hablaron sobre el origen del coronavirus. Según la agencia de noticias japonesa Kyodo, el mismo Jinping señaló públicamente que los doctores podrían ser acusados de espionaje e incluso condenados con la pena de muerte.
En el mismo sentido, el gobierno de Taiwán también ha criticado duramente el desfile de aviones militares chinos que sobrevuelan amenazantes la isla, con el objetivo de tomar el control del país. Igualmente, varias ONG han reiterado en numerosas ocasiones el sometimiento y explotación de la minoría uigur. Este grupo étnico y religioso es perseguido en China e internado en campos denominados por el Partido Comunista Chino como «centros de educación ideológica y entrenamiento profesional».
Nueva Guerra Fría
No obstante, ninguno de los líderes presentes en la primera sesión virtual del Foro Davos 2021, entre ellos la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, la canciller alemana, Angela Merkel y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, han mencionado estos asuntos. Tampoco lo ha hecho EEUU, después de que Trump pusiera los puntos sobre las íes al Partido Comunista Chino. La Administración de Joe Biden, en cambio, ha optado por no enviar al nuevo presidente al Foro de Davos. En su lugar, lo ha sustituido un representante especializado en «asuntos climáticos».
De este modo, sin la presencia de EEUU, Xi Jinping ha hablado como si se fuera el nuevo líder mundial, que señaliza el camino político a seguir, y ha mencionado una nueva Guerra Fría si no se aceptan los cambios venideros. «El fuerte no puede imponerse al débil, de lo contrario, estaremos ante una nueva Guerra Fría. No se deben rechazar los cambios. El multilateralismo debe promoverse», ha espetado.
Hay que recordar que China ha firmado un macro-acuerdo comercial con 15 países asiáticos. Justo esta pasada Navidad, el presidente chino se reunía con los líderes europeos para sellar grandes inversiones de la Unión Europea en China.
Gobierno Mundial
Por último, Xi Jinping ha concluido dando un aviso. La senda a seguir es un nuevo gobierno mundial en el que China tendrá un gran peso. El objetivo, marcado en la Agenda 2030 del Foro Económico Mundial es instaurar un socialismo global, tal y como apuntan las campañas propagandísticas del Foro: «En 2030 no poseerás nada y serás feliz», reza uno de sus polémicos eslóganes bajo el título de «El Gran Reinicio». En España, por ejemplo, la agenda 2030 está a cargo del vicepresidente comunista Pablo Iglesias Klaus Schwab, el fundador marxista de Davos, trabaja para que estas directrices se cumplan y los países sigan un mismo guión. No es de extrañar que el economista alemán muestre su simpatía por Xi Jinping y haya despreciado, junto a otros millonarios, como Bill Gates, y políticos colaboradores de Davos, al gobierno de Donald Trump.
«La confrontación nos lleva por mal camino. No debemos volver al pasado. Debemos construir una economía mundial a través de acuerdos y debemos eliminar las barreras. Debemos reforzar el G-20 como un foro de Gobierno Mundial», ha finalizado el secretario general del Partido Comunista Chino.