Fauci demanda la vacuna obligatoria en EEUU

  • LA POLÉMICA DECLARACIÓN DEL ASESOR PRESIDENCIAL DURANTE LA PANDEMIA

¿Libertad? ¿Para qué? En la misma tierra que ha pretendido hacer de la libertad un rasgo definitorio de su sistema político parece haber bastado una epidemia con una bajísima tasa de letalidad y ya en declive para abrir la puerta a una ominosa forma de tiranía sanitaria.

Ha bastado que el organismo regulador Food and Drug Administratio (FDA) haya acabado por aprobar la vacuna de Pfizer contra el covid -’vacuna’ que no impide la transmisión ni el desarrollo de la enfermedad, según las propias autoridades-, para que el ‘zar’ de la pandemia, el Fernando Simón de Estados Unidos (mutatis mutandis), el Dr. Antony Fauci haya recurrido a su plataforma habitual, los estudios de CNN, para exigir que se imponga inmediatamente la obligatoriedad de las vacunas en todo el territorio de la Unión.

“Hay algunas encuestas que muestran que en torno al 30% de la gente que no es antivacuna estaban solo esperando a que hubiera una aprobación oficial real, que es lo que tenemos ahora con el producto de Pfizer”, declaró Fauci en su diatriba televisada, añadiendo: “Y ese 30% ahora dice que cuando se han dado la circunstancias se sentirán muy, muy satisfechos con la vacunación. Así que estamos hablando de aproximadamente el 30%. Espero que reaccionen tal como dice el estudio”.

Por si acaso, al final, ese porcentaje no actúa como desea Fauci, el doctor advierte que “van a ofrecer muchos incentivos y apoyos a muchas instituciones y organizaciones y lugares de trabajo para que sean obligatorias, ya se trate de universidades, el ejército, organizaciones con muchos empleados… algunas de las grandes empresas van a decir que si quieres trabajar con nosotros en persona, tienes que vacunarte”.

¿Suena a amenaza, a coacción? ¿No es anticonstitucional, no va contra la convención de Núremberg esta descarada discriminación, este convertir a los norteamericanos no vacunados, como en la Francia de Macron, en ciudadanos de segunda? No es nada que quite el sueño a Fauci, que reacciona como si se le acabase de ocurrir una objeción tan tonta como la apelación de la libertad. “Respeto la libertad de la gente, pero cuando estamos hablando de una crisis de salud pública que se prolonga desde hace más de un año y medio, ya es hora”, asegura Fauci, del que se conocen ya las conexiones con los experimentos en Wuhan que llevó a la ‘fuga’ de este virus, más que probablemente artificial. “Ya está bien. Sencillamente, tenemos que hacer que la gente se vacune”.

“Si seguimos procrastinando y dejando sin vacunar a los que deben vacunarse, esto seguirá con nosotros, llevando al desarrollo de otra variantes que podría complicar las cosas”.

La referencia a nuevas variantes es curiosa, ya que sugiere que con la vacuna dejarán de proliferar, lo que contradice la opinión de una buena cantidad de virólogos, que afirman exactamente lo contrario y que aseveran que vacunar a toda la población en plena pandemia ejerce sobre el virus una presión selectiva que lleva a la aparición de variantes inmunes a la vacuna.

Sin necesidad de dar la razón a nadie ni poner en duda la (última) versión oficial, cualquiera con un ápice de memoria recordará todo lo que se nos ha dicho por parte de esas mismas autoridades, sobre la inmunidad de rebaño, la infalibilidad de las vacunas, el fin de las restricciones y tantas otras previsiones o promesas que no han cumplido.

Mientras, el presente mandado establece un precedente clarísimo para acabar con cualquier garantía democrática que pueda esgrimir el ciudadano con el pretexto de cualquier enfermedad infecciosa, es decir, con algo que sabemos que siempre estará con nosotros, como siempre ha estado.

Por Carlos Estaban – La Gaceta de la Iberosfera

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